Hello friends of Hive Book Club.
Once, I read in an article or interview that Stephen King was not satisfied with the film adaptation of his novel The Shining, despite Jack Nicholson’s memorable performance and Stanley Kubrick’s direction.
But well, these squabbles and disagreements between authors are beside the point. What’s certain is that The Shining triumphantly joins the long tradition of haunted houses and palaces, which always deliver a thrilling read thanks to the atmospheric, scenographic elements they bring.
I think King successfully updated this ghost-story trope for the contemporary life of the 1970s.
Jack Torrance is a frustrated, alcoholic writer who, due to financial struggles, takes a job as the caretaker of the Overlook Hotel, a massive luxury resort nestled in the mountains. During the winter season, the hotel is empty, with its staff on vacation. Jack arrives there with his wife and son, Danny.
As in any self-respecting horror novel, the ghosts here are anything but passive. King skillfully ensures that the influence of these visions doesn’t just tap into universal human fears but specifically targets the vulnerabilities of the characters—particularly Jack and Danny.
This, I believe, is a hallmark of Stephen King at his best. Though he doesn’t shy away from classic horror elements, he emphasizes psychological violence and the gradual descent from sanity into madness.
Witnessing that slow unraveling is, in my opinion, what truly terrifies. In fact, the outright physical violence doesn’t erupt until Chapter 46. The preceding chapters simmer with a muted, latent, silent violence rooted in the dysfunctional family dynamics, led by Jack, who futilely strives for success as a writer and to fit into society. His frustration and detachment inflict real psychological harm on his introverted young son Danny, who also has “imaginary” friends.
Even if Harold Bloom cried foul when Stephen King was awarded the American Book Award for his lifetime achievement, the truth is that the Master of Contemporary Horror (who unapologetically uses the most sensationalist tools of populist literature, let’s be honest) also manages to reflect with striking effectiveness the fears, emotions, and customs of modern society. This is a merit shared by all classic writers of so-called Great Social Literature. However, many of those classics are boring—and Stephen King is not.
So with The Shining, you’ll get a gripping, emotionally charged read whether you appreciate supernatural horror in its purest form or are drawn to exploring the sinister side of social psychology in contemporary history. Those who, like me, enjoy the blend of realism and fantasy (magic realism) will devour this excellent plot. I read the book in one sitting.
EN ESPAÑOL
No creas que los fantasmas no son reales
Hola amigos de Hive Book Club.
Una vez leí en un artículo o en una entrevista que Stephen King no quedó satisfecho con la adaptación cinematográfica de su novela El resplandor, pese a la memorable interpretación actoral de Jack Nicholson y la dirección de Stanley Kubrick.
Pero bueno, estos remilgos y discrepancias entre autores son lo de menos. Lo cierto es que El resplandor entra triunfal en la larga tradición de casas y palacios embrujados que aportan siempre mucho placer de lectura por toda la parafernalia escenográfica que llevan consigo.
Creo que King supo actualizar con éxito este tópico de las historias de fantasmas a la vida contemporánea de la década de los 70.
Jack Torrance es un escritor frustrado y alcohólico que, por estrechez financiera, acepta el empleo para custodiar el Overloock, un gigantesco hotel de lujo que se levanta en medio de las montañas. Debido a la temporada invernal, el hotel se encuentra deshabitado y con el personal de servicio de vacaciones. Jack llega al lugar en compañía de su esposa y su hijo Danny.
Como en toda novela de terror que se respete los fantasmas no son nada pasivos. King tiene el tino de que la influencia de las visiones no se quede en los miedos generales de todos los humanos, sino que incida en particular sobre las características específicas de los personajes; sobre todo, ataque directamente las debilidades de Jack y su hijo Danny.
Creo que esta es una cualidad del mejor Stephen King. Aunque no desdeña los elementos típicos del género de terror, resalta más la violencia psicológica, la traslación progresiva de la cordura a la locura.
Asistir a esa paulatina degradación es a mi juicio, lo que en verdad más aterroriza. De hecho, la violencia física, desatada, no aparece hasta el capítulo 46. Los anteriores capítulos están llenos de una violencia sorda, latente, silenciosa, que involucra las difíciles relaciones de una familia disfuncional, con Jack a la cabeza, quien intenta en vano alcanzar el éxito como escritor y/o adaptarse a su sociedad. Esa frustración y desapego inflige daño psicológico real en su pequeño hijo Danny que además de ser un niño introvertido, tiene amigos "imaginarios".
Aunque Harold Bloom haya pegado el grito en el cielo cuando le concedieron a Stephen King el American Book Award por el conjunto de su obra, lo cierto es que el Maestro del Terror contemporáneo (que no siente ascos por usar los elementos más efectistas de la literatura más populista, todo sea dicho) también alcanza a reflejar con gran eficacia los miedos, las emociones y las costumbres de la sociedad contemporánea. Esto es un mérito de todos los escritores clásicos de la llamada Gran Literatura Social. Sin embargo, muchos de estos clásicos son aburridos y Stephen King no lo es.
Así que con El resplandor tendrán una vibrante y emotiva lectura tanto quienes aprecian el terror fantástico en su pureza como quienes investigan sobre el lado siniestro de la psicología social en la Historia contemporánea. Aquellos que como yo, gustan la combinación entre realismo y fantasía (realismo mágico), van a disfrutar una excelente trama. Yo me leí el libro de un tirón.