EL FUEGO
El fuego nace
para ser derrotado,
aunque en tu cuerpo
es un río desbocado,
de orilla en erupción.
En ese río de fuego
se hunde la noche;
ir tras de ella
es bajar a un volcán;
estar dentro
es subir a la cúspide;
permanecer es salvarla
porque la noche
es la guitarra de la herida.
Y como el fuego en tu
cuerpo no es un sueño,
sino un medio de amor,
hay que apagarlo,
quemar sus naves,
recoger sus orillas
para empezar lo nuevo
de entibiar tus cenizas.
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