Texas, tu suelo se anega
en un llanto sin consuelo,
que baja furioso el cielo
y a la esperanza la niega.
Una corriente que entrega
una tristeza profunda,
y el río, con mano avara,
vidas queridas separa,
mientras la búsqueda abunda
el lodo a los cuerpos oculta.
Cuando empecé a leer tu ejercicio, inmediatamente pensé en Texas, en esas niñas fallecidas y desaparecidas, así como todos esos ciudadanos que allí perdieron sus vidas.