Aplausos a su feliz cacería de sombras.
Y una ovación a esta tierra generosa de La Argentina, que nos ha recibido con afecto, donde residimos en paz entre sus naturales y emigrantes de todas las latitudes y longitudes.
Es grato ver aguacates (paltas) junto a laureles y hasta en una ocasión me crucé con un Ginkgo biloba en una de las calles de Buenos Aires. Espero encontrarme un día un cotoperi y un ponsigue.
Un fuerte abrazo @numa26