Saludos seguidores y lectores, explorando por el vasto mundo digital me encontré con @marpasifico y su convocatoria ¿Qué tienes para contar?
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Hace tiempo había un viejo árbol que se erguía en el patio de mi casa, el viento le había arrebatado las hojas y tenia la corteza seca, en una noche de lluvia se desplomo contra el suelo. Su corteza agrietada y sus ramas extendidas eran producto de su crecimiento del que no fui testigo.
Recuerdo que la caída del árbol fue un espectáculo aterrador. Su impacto fue predecible, pero inesperado. Mi familia se sorprendió mucho, antes de darme cuenta, había cancelado mis planes para enfocar mi tiempo a un reto monumental: reducir a escombros aquel árbol caído.
La tarea cortar cada pedazo hasta volverlo una pila de palos duro dos semanas. Cada golpe de hacha me genero un dolor muscular para mis antebrazos, pero a demás de ello, me sentí culpable por lo que hacia, era como deshonrar un cuerpo inerte.
Un adiós a incontables años de vida. Mientras cortaba y desgajaba su cuerpo leñoso, sentía que la historia que desconocía sobre su madera era importante. Si ninguna duda era lamentable. Con las estaciones cambiando a su alrededor, cada trozo de madera tenía un trasfondo: secretos que nunca serian escuchados.
Con cada día que pasaba, descubrí que aquel árbol era más que un simple objeto en mi patio. Era un símbolo de la naturaleza de la vida, esa tarea se convirtió en un viaje introspectivo, en donde cada corte era un recordatorio de que el mañana no esta asegurado.
Cuando el último tronco fue reducido a astillas y el patio quedó despejado, me quede mirando el espacio vacío donde el árbol solía estar, y lo extrañe.


Fuente
Para mi el otoño es un símbolo de la inevitable vejez, con su característica paleta de ocres y dorados, tengo muy en cuenta la transitoriedad de la vida.
Al caer las hojas, esta estación, abraza la melancolía con mucha fuerza, mucha más fuerza que el invierno. Decaer es parte del ciclo vital: el nacimiento, el crecimiento y la muerte.
No solo es un preludio ante el destino final, sino un recordatorio poético de que la belleza también reside en lo efímero.


Fuente
Cuando las hojas caen del árbol antes del invierno, hay dolor y nostalgia. Los colores cálidos se desvanecen lentamente, dejando recuerdos agridulces.
El momento de la despedida es inevitable, aunque injusto para muchos y horrible para todos, tiene una belleza inexplicable.
El viento sopla en todas las direcciones, cada hoja que se desploma es un suspiro, una memoria que se lleva en el corazón, mientras se aproxima el invierno, se nos promete reposo y renovación bajo la nieve.

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