Ponerse en los zapatos de otros, no es nada fácil es como ponerse la herradura en el zapato simplemente no te queda, pisas diferentes, estas incomodo, es desigual.
Estar bajo una tormenta de miradas y no saber como actuar, en cierta forma creo que todos deberíamos tener un poco de preparación como actores para poder movernos ante situaciones que no manejamos bien.
Ponerse los zapatos de otros, es una sensación muy extraña, te molesta en la punta, los tienes que empujar para entrar y luego que estas adentro la sensación se vuelve tensa, un paso, otro paso y ya te lo quieres quitar.
No estamos preparados para las tormentas que se nos avecinan día a día, simplemente no las esperamos, son esos golpes de viento fuerte que te empujan a seguir y tu no quieres ir para ese lado.
Ponerse en los zapatos de otros, a veces es una experiencia dolorosa, porque no sabes que hay dentro de esa cabeza. Solo vez la buena vida, pero nunca te imaginaste como llego hasta allí. Cuantos pesares, cuantos idilios, cuantos amores olvidados y perdidos.
Ponerse los zapatos de otros a veces debería ser una experiencia para enseñarnos algo. Nunca olvides que esos zapatos pertenecen a otra persona que estuvo allí antes que tú.
Este texto corresponde a mi participación en el reto diario del amigo @latino.romano y @mariannewest
ENGLISH VERSION
Putting yourself in someone else's shoes isn't easy. It's like putting a horseshoe on a shoe; it just doesn't fit. You step differently, you're uncomfortable, it's uneven.
Being under a storm of stares and not knowing how to act—in a way, I think we should all have a little preparation as actors to be able to handle situations we don't handle well.
Putting yourself in someone else's shoes is a very strange feeling. It bothers you at the tip of your toe. You have to push them to get in, and then once you're in, the feeling becomes tense. One step, another step, and you want to get out.
We're not prepared for the storms that approach us every day. We simply don't expect them. They're those strong gusts of wind that push you to keep going, and you don't want to go that way.
Putting yourself in someone else's shoes is sometimes a painful experience because you don't know what's inside their head. You only see the good life, but you never imagine how to get there. So many sorrows, so many romances, so many forgotten and lost loves.
Sometimes, walking in someone else's shoes should be a learning experience. Never forget that those shoes belong to someone else who was there before you.
This text corresponds to my participation in the daily challenge of my friend @latino.romano, @wakeupkitty, @felt.buzz and @mariannewest
Traducido con google (versión gratuita)
Photos with source identified
Translated with google (free version)