Es una situación muy triste, y cada vez más común en nuestras republicas dolientes, lo sjóvenes nos vamos buscando horizontes de prosperidad y los mayores se quedan en un ambiente que cada día les es más extraño y hostil. La parte que quizás no sé ve tanto es la nostalgia y la añoranza permanente de los que hicimos nuestras maletas. La culpa de no estar cuando y donde se nos necesita y el deseo permanente de regresar a un sitio que ya no existe.
Sobre la mercantilización d ela muerte, es un fenómeno tristemente palpable. Hacé hace poco salió la noticia de que aparecieron varias decenas de cuerpos de personas que según se reportó a los familiares habían sido cremados. a saber de que o quien fueron las cenizas que les entregaron.
$wine
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