Dar el primer paso
Los conocedores del tema sostienen que a la hora de tomar una decisión lo más difícil es dar el primer paso; luego explican que lo más recomendable, antes de tomar un riesgo, es evaluar las posibles consecuencias de esa acción.
Muchas personas son temerosas pero otros son temerarios por lo que la prudencia es la mejor opción para los dos. Antes de decidir si vale la pena arriesgarse y al momento de evaluar consecuencias es necesario usar la razón más que las emociones.
El ser humano por naturaleza siente miedo o respeto a lo desconocido; por esa razón, el riesgo supone pasearse por la posibilidad de éxito o fracaso, de alegrías o penas; lo cierto es que vivir o no nuevas experiencias, en el mayor de los casos, es responsabilidad de la persona.
Mi hija Inés y mi nieta Melanie son el vivo ejemplo de las personas que no temen dar el primer paso, sólo que antes de hacerlo, la prudencia y la razón dominan sus emociones; esto no quiere decir que no vivan con emoción la experiencia.
Algunas personas sostienen que lo imprevisto se asume con más emoción, lo espontáneo, muchas veces, da más alegría y activa la adrenalina; sin embargo, lo recomendable es la prudencia y la templanza.
Al cierre de esta publicación pido a Dios su protección y cuido para mí hija y mi nieta; además le pido que la alegría y la felicidad inunden su ser y enriquezcan sus experiencias. Amén 🙏.