I'm a 22-year-old woman who has seen a change in her health and life. I work as a saleswoman in a restaurant and start my routine very early every day.
For a long time, my friends had been advising me to start exercising and make a change in my life, both for my health and my physical appearance, but I ignored them or simply told them I would start soon. Time passed, until one day they invited me to join them at the gym, not to train, but to observe the activities taking place there.
At first, I sat on one of the benches watching the group members start their routines and other people who were already there early. They almost always have to start at dawn, since the vast majority of those who go there either study or work, like me, and have to go to the gym early.
My first day was a mix of nerves, excitement, and a lot of doubt. I felt like a fish out of water, surrounded by machines I didn't know how to use and people who looked like they were straight out of an action movie. But to my surprise, everyone was very friendly. The trainers patiently explained each exercise to me, adapting a basic routine to my current level. No hype or pressure, just firm steps toward a new beginning.
To those who are hesitating, as I was at the time, I say: go for it. Don't wait for the "perfect Monday" or the "magic motivation." Start today, with what you have, however you can. The important thing is to take the first step. The rest will come on its own.
Soy una joven de 22 años que vio un cambio en su salud y vida , trabajo de dependienta en un restaurante y bien temprano comienzo mi rutina todos los días.
Desde hace tiempo mis amigos me aconsejaban que comenzara a hacer ejercicios y darle un cambio a mi vida, tanto para mi salud como para mi aspecto físico, pero yo ni caso les hacía o simplemente les decía que pronto empezaba. Y así fue pasando el tiempo, hasta que me invitaron un buen día a acompañarlos al gym, no para entrenar sino para observar las actividades que ahí se hacían.
Al principio me senté en uno de sus bancos a ver a los miembros del grupo comenzar sus rutinas y a otras personas que ya estaban ahí desde temprano, porque casi siempre hay que comenzar desde la madrugada, ya que la gran mayoría que asiste al lugar o bien estudia o trabaja como yo, y hay que asistir temprano al gimnasio.
Mi primer día fue una mezcla de nervios, emoción y muchas dudas. Me sentía como un pez fuera del agua, rodeada de máquinas que no sabía usar y personas que parecían sacadas de una película de acción. Pero para mi sorpresa, todos fueron muy amables. Los entrenadores me explicaron cada ejercicio con paciencia, adaptando una rutina básica a mi nivel actual. Nada de exageraciones ni presiones, solo pasos firmes hacia un nuevo comienzo.
A quienes están dudando, como yo lo hice en su momento, les digo: anímense. No esperen el “lunes perfecto” ni la “motivación mágica”. Empiecen hoy, con lo que tienen, como puedan. Lo importante es dar el primer paso. El resto, llega solo.
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