Saludos, mi hermosa comunidad.
Hoy sí vengo ya oficialmente a presentarles la primera planta de mi jardín. Es muy especial, no solo por los recuerdos que la ligan a mi infancia, sino por derecho de sus propias virtudes.
En casa la llamamos oreganito cimarrón, he escuchado a otras personas llamarla orégano de la tierra o cordoncillo, pero si te gusta el lenguaje formal entonces usa su nombre científico Lippia micromera
Cuando era niña teníamos una de estas preciosas plantas en casa, mi mamá la usaba para condimentar los alimentos pues tiene un aroma y sabor muy intensos algo entre orégano y tomillo que le queda espectacular sobre todo al arroz con carne, congrís, a las sopas y pescados. Pero recomiendo usarla con moderación para evitar que su esencia domine sobre otros sabores.
Cuando nos mudamos de provincia hace ya unos seis años perdimos esta planta hasta que, hace unos meses, una amiga me regaló una rama fuerte y conseguí cultivarla otra vez. Por cierto es muy fácil reproducirlas a partir de esquejes, margullos o semilleros.
La extrañaba en mi patio porque además de delicioso condimento es muy versátil en sus propiedades medicinales. Con ella preparamos cocimientos para aliviar malestares respiratorios, digestivos y falta de apetito. También se bebe como infusión sedante con muy buenos resultados para conciliar el sueño.
Para cualquiera de sus propósitos las hojas pueden conservarse secas o usar frescas como en mi caso, ya que al ser una planta de follaje perenne, si vive en tu jardín tendrás sabor y salud al alcance de la mano durante todo el año. Además no es necesario quebrar sus ramas, basta con deslizar los dedos a lo largo de ellas para obtener las preciadas hojas, luego volverán a brotar una y otra vez. Aunque si de vez en cuando podas sus puntas crecerá más frondosa.
Normalmente el oreganito echa ramas desde muy cerca de la tierra así que puede encontrarse extendido en forma rastrera o creciendo vertical y erecta. El mío lleva un poco de las dos.
¿Sabes qué más te regala el oreganito? Una vista preciosa y delicada. Sus hojas y flores son pequeñitas, se disponen a lo largo del tallo en pequeños racimos. Las hojas con un verde intenso y las flores blancas con centros amarillos o rosados resultan muy atractivas.
Los tallos y hojas se recubren de una pelusilla muy fina que les añade un acabado aterciopelado y los protege del calor intenso, lo que resulta muy útil para mí dada la escasez de agua con que batallo.
Entre las ramas de esta planta nunca falta una abeja o mariposa, parece ser que también a ellas les gusta su aroma, así consigo polinización gratuita, abundante y natural para todo mi jardín.
Me gusta cultivar especies multiusos pero rara vez consigo el tiro cuádruple de alimentación, salud, ornamento y mielífera. Por eso esta es una planta muy preciada para mí, y también por eso la recomiendo como una excelente adquisición para cualquier jardín.
A partir de ahora cada vez que la llovizna me traiga el olor de mi oreganito los recordaré a ustedes compartiendo esta lectura conmigo.
Este post se redactó libre de IA. Las fotografías son de mi propiedad y los banner se crearon en Canva