A veces la vida nos empuja a caminar tan rápido que olvidamos el simple acto de vivir. Nos enseñan desde pequeños a perseguir metas, a acumular logros, a mantenernos ocupados, como si la existencia fuera una carrera sin final. Pero en medio de esa carrera desenfrenada, muchos de nosotros dejamos de vivir y comenzamos simplemente a sobrevivir: respirar, cumplir rutinas, apagar fuegos internos sin darnos permiso para soñar, sentir o detenernos. Que pases un lindo fin de semana.