💌Da algo de ti | 💌Give some of you

¿Cuántas veces has dado un regalo hecho con tus propias manos?

Podría decir que muchas. Es algo que me gusta mucho, sin embargo, con el pasar del tiempo he terminado reservándolo solo para algunas personas.

Justamente me acabo de acordar cuando hice una pulsera para alguien que me gustaba mucho. Nunca le había hecho una pulsera a un hombre, y yo solo era una adolescente. Así que quedo un poco femenina... Bueno, muy femenina.

Aunque eso no fue lo importante, sino que tenía dijes en color azul para que fuese masculina, y la hice con todo mi amor.

Quizás no le reflejé mucho amor porque era muy tímida en ese entonces y solo se la di.

No recuerdo si le dije que la hice yo, pero, creo que se dio cuenta de ello. No le quedó la pulsera, así que la usó como llavero en su bolso. Para mí eso fue muy significativo.

Eso es lo que pasa cuando sentimos amor, lo damos todo, o quizá solo un poco.

Con el tiempo, y las experiencias de la vida, las cosas fueron cambiando. Algo hace unos días me hizo pensar que siento que ya no soy tan romántica como antes.

Hasta que me vino una idea muy linda a la cabeza, tomé papel, pinturas, escarcha, silicon y una tijera para hacer algo bonito.

El detalle realmente no es que no sea romántica ya, o que sea un poco fría; es que con los años me he hecho más cautelosa.

Aprendí a quién dedicarle mi tiempo, mi amor, mis detalles.

Aunque algunos me digan que paso mucho tiempo en casa, me gusta compartir con mi familia, con mis plantas, dedicar tiempo a mis proyectos a los que le tengo tanto cariño.

Y ahora, a Dios.

Llegué a un punto donde siento que quiero dar más de mí.

Hago cosas para otros, manualidades, dibujos, imágenes digitales, pero, nunca le he dado algo hecho con mis manos a Dios.

Y sí, lo sé, sé que no le llegará al cielo tal como yo lo estoy haciendo en la tierra. Pero, para mí, eso es importante: la intención, el tiempo, el cariño.

¿Desde cuándo no le das algo hecho con tus manos?

En la Biblia podemos ver cómo las personas ofrendan el fruto de su trabajo. Eso me hizo pensar en ello.

El fruto de mis manos no solo es el dinero que gano, sino también son las cosas que hago con mis manos.

Un acto de amor es algo completo, es algo hecho con cariño.

También vino a mi mente: ¿Cómo somos con nuestros seres queridos?

De niños le regalamos a nuestras madres tarjetas. Espero no ser la única.

Me reunía con mi hermana en la sala, en el suelo. Era un desastre, lleno de colores, pinturas, hojas de papel... Pero siempre lográbamos hacer dos lindas tarjetas para mamá.

No teníamos dinero porque éramos niñas. Y a mí me gustaba comer galletas, así que gastaba el dinero que nos daban en galletas de 5 Bs. No tenía tan buena administración de pequeña.

Sin embargo, a mamá nunca le faltaba una preciosa tarjeta hecha a mano con amor.

Y la de cada año era mejor, porque pensábamos en qué cosas nuevas podíamos colocarle.

Lo recuerdo y sonrió, porque ¡qué bonito es sentir ese cariño!

El amor es un sentimiento hermoso. No solo amamos a una pareja, sino también a una madre, a un padre, a nuestros hermanos, y a Dios.

Por eso, mi post de hoy es para decirte: Da algo de ti. Algo hecho con tus manos así este chueco, siente ese cariño, da ese tiempo, y entregarlo a quien desees.

No sé a qué se deba exactamente, pero es un sentimiento hermoso que te recarga de energía hacer algo con tus manos, y más cuando lo hacemos para ese ser que tanto amamos. Y lo entregamos.

Hoy te invito a ello. Te invito a amar, te invito a dar algo de ti.