Hola mis amigos de esta maravillosa comunidad.
Errores. Esos errores que cometemos en nuestra vida y nos la cambian por completo. A veces para bien, como es mi caso y nunca me voy a arrepentir de haberlo hecho.
Gracias @iriswrite por buscarme la lengua a que cuente cosas que a veces no quiero contar, pero es necesario para que las penas que puedan quedar del pasado pesen menos.
Todo empezó hacen muchos años, a principios del siglo, en el año 2003. Cuando conocí a un hombre y quedé deslumbrada. Físicamente no se parecía en nada al prototipo de mi hombre ideal, pero cuando hablaba y como paseaba por la vida me llegaron de una manera diferente a como nunca nadie me había llegado.
Siempre supe que no lo había conocido por casualidad, aunque no viviera en mi ciudad. Además, yo pasé delante de sus ojos como una muchacha más, al menos eso pienso.
Algunos años después lo volví a encontrar en su ciudad y no pasó absolutamente nada. Sin embargo, yo sabía que algo tenía que ocurrir. En otra ocasión pregunté por él a amistades en común y me contaron que su niña más pequeña estaba enferma. Entonces supe que era un hombre casado.
Me cayó un camión de hielo. A mí no me gustan los hombres casados, para mí no existen. Así que no lo sentí más como algo que debía luchar. Cuando lo volví a encontrar en otra ciudad que no era la de él ni la mía, lo traté como a alguien más, aunque con una espina.
Y como han de pasar las cosas cuando Dios quiere que pasen, cuando el hilo del destino nos tiene, aunque sea un tiempo de alegrías por algo que siempre hemos soñado: apareció él, en mi ciudad.
Entonces sentí la mirada diferente, la sonrisa provocativa. Y se dio 10 años después. Supe que se había separado de la esposa, que a él le había dolido mucho esta separación. Pero entonces ya era yo.
Y anduvimos 3 años siendo felices. En mi ciudad, en la de él o en cualquier otra donde hubiera algún evento literario al que me invitaran o donde él fuera a evaluar. Pertenecía a los grandes que presidían en esos momentos a los escritores y debía ir a cada lugar.
Entonces éramos felices. Pero un día terrible sucedió lo que debía suceder para que yo cometiera mi bendito error. Como él era jefe tenía una secretaria que respondía todas las llamadas.
Ese día cuando llamé y antes que nadie me respondiera, ni supieran quien llamaba, oí su voz que dijo: si es para mí, no estoy. Mi llamada era urgente…
Fui a contarle a alguien lo que me había pasado y me dijeron cosas que yo jamás hubiera querido oír, que además no creí. Pero ese diablito que nos martilla la cabeza me hizo hacer algo de lo que me arrepentí por algún tiempo, ya no.
Refugié mi dolor en otros brazos. Alguien a quien ya conocía pues habíamos tenido un matrimonio anteriormente. Y sucedió.
Una mujer infértil que se atiende en consulta por 11 años y que le digan que está embarazada, eso es una mezcla de incertidumbre y alegría. Porque, aunque no había roto la relación después de esa llamada, cuando mi embarazo saliera a la luz, los dos sabíamos que no era su hijo.
Tampoco mi intención fue colocarle en esa situación de criar un hijo pensando que era de él. Entonces le llamé. Le dije sin muchos argumentos lo que estaba pasando. Que la culpa era mía, jamás le dije por qué lo había hecho.
Y nació mi hijo, que jamás va a ser un error, es la bendición más grande de mi vida. Mi error fue no tener paciencia y haberme refugiado en otro pecho. Pero lo hecho, hecho está.
Mi hijo está conmigo y esto fue lo que redefinió mi vida para siempre y vivo feliz que haya sido así.
De él, claro, luego encontró una muchacha que lo ama y viven felices, yo soy feliz por ellos dos. Dos almas gemelas que se necesitaban. Gracias a Dios se encontraron.
Y yo tengo a mi hijo, la mejor decisión tomada y decididamente EL BENDITO ERROR QUE REDEFINIÓ MI VIDA.
El texto publicado es original y las imágenes son de mi propiedad.
ENGLISH VERSION
Hello, my friends in this wonderful community.
Mistakes. Those mistakes we make in our lives that completely change our lives. Sometimes for the better, as is my case, and I'll never regret having done so.
Thank you, @iriswrite, for finding the way for me to share things I sometimes don't want to share, but it's necessary so that the sorrows that may remain from the past weigh less.
It all started many years ago, at the beginning of the century, in 2003. When I met a man, I was dazzled. Physically, he didn't resemble my ideal man at all, but the way he spoke and walked through life touched me in a way I'd never been touched before.
I always knew I hadn't met him by chance, even though he didn't live in my city. Besides, I passed before his eyes like just another girl, or so I think.
A few years later, I ran into him again in his city, and absolutely nothing happened. However, I knew something had to happen. On another occasion, I asked mutual friends about him, and they told me his youngest daughter was sick. Then I knew he was a married man.
A truckload of ice fell on me. I don't like married men; they don't exist for me. So I no longer felt it as something I had to fight for. When I ran into him again in another city, neither his nor mine, I treated him like someone else, albeit with a thorn in my side.
And as things must happen when God wants them to happen, when the thread of destiny holds us together, even if it's just a time of joy for something we've always dreamed of: he appeared, in my city.
Then I felt the different look, the provocative smile. And it happened 10 years later. I knew he had separated from his wife, that the separation had hurt him deeply. But then I was already me.
And we lived happily for three years. In my city, his, or any other where there was a literary event I was invited to or where he was going to evaluate. He belonged to the greats who presided over writers at that time, and I had to go to every place.
Then we were happy. But one terrible day, what had to happen happened for me to make my blessed mistake. Since he was the boss, he had a secretary who answered all his calls.
That day, when I called, and before anyone could answer or even know who was calling, I heard his voice say: "If it's for me, I'm not here. My call was urgent…"
I went to tell someone what had happened to me, and they told me things I never wanted to hear, things I didn't believe, either. But that little devil hammering away at our heads made me do something I regretted for a while, not anymore.
I took refuge from my pain in other arms. Someone I already knew because we had been married before. And it happened.
An infertile woman who has been seeing doctors for 11 years and is told she's pregnant—that's a mixture of uncertainty and joy. Because, even though I hadn't broken up after that call, when my pregnancy came to light, we both knew it wasn't his child.
Nor was my intention to put him in that situation of raising a child thinking it was his. So I called him. I told him, without much reason, what was happening. That it was my fault. I never told him why I had done it.
And my son was born, who will never be a mistake; he is the greatest blessing of my life. My mistake was not having patience and taking refuge in another's breast. But what's done is done.
My son is with me, and this is what redefined my life forever, and I'm happy that it happened that way.
Of course, he later found a girl who loves him, and they live happily. I'm happy for them both. Two kindred spirits who needed each other. Thank God they found each other. ***
And I have my son, the best decision I ever made and definitely THE BLESSED MISTAKE THAT REDEFINED MY LIFE.
The published text is original and the images are my property.
