Hi, dear #Holos-lotus community. Attracted by @neuropoeta's initiative on optimism, I return this morning with the hope that you like what I have prepared to share with you.
I start by telling you that, since I was little, my favorite color is yellow, and although as I grew older, I added others like black (for clothes), yellow is still the main one, @elisabethswan can attest to that. For some reason, I paint today's protagonist word in this color in my mind.
The truth is that I am an optimistic, decisive person. I manage to see solutions where others see problems. And goals, where others see obstacles. But on this occasion I would not like to present my point of view from the definition of the concept itself, but I will try to answer the questions that @neuropoeta posed in the post of his initiative and I will do so from the symbology of the color that I associate with the word Optimism.
This Sunflower is a gift from @marpasifico, made with her own knitting magician hands and that I preserve with infinite love. I keep it in my suitcase of valuable things and I must confess that I haven't seen it for a long time.
On Sunday morning, bun up, flip flops and duster in hand, I wanted to do a deep cleaning in my home. Two hours later I was drenched in sweat, exhausted, grinding my teeth and wondering at what blessed moment I had decided to tear down the “house.” He had taken everything out at once, as if it were a move so he could reach the most unexpected places with water and detergent. I moved beds, furniture, tables, junk.
The house was already clean, but it was time to reorganize all that madness of clothes, shoes, ornaments, vessels and the mountain of "things that are not thrown away because they can be used for something later." At that point I was already extremely frustrated with exhaustion. A few days ago I came out of the clutches of a strong Dengue that still has me a little weak, nothing to do with the resistant woman that I am, when it comes to physical work.
And automatically, along with the body's fatigue, the gray cloud of pessimism began to make its nest in my mind. Without realizing it I was already thinking and remembering personal things, which were not even relevant. Even a “¿what would I be doing now if I were in Cuba?” was asked.
It was then that I found my sunflower and felt my face immediately turn yellow. Suddenly it wasn't so hot, nor was I so tired. I caught myself smiling as I caressed that blessed promise of friendship in my hands. I even had the courage to take a selfie and send it to @marpasifico, proud of my find.
This Sunflower is not valuable simply because it is beautiful or because it is my favorite flower. It's the whole story behind whoever wove it, especially for me, just when I was going to leave. I left many memories, books, photographs in Cuba, but gifts from my friends came with me.
Even smiling, like a girl who reads the messages that a lover writes her and without realizing it smiles at the screen of a phone, I noticed that my mood had changed. The mountain of things to organize was still there, but I was happy, strangely happy, imagining how beautiful my house would be when I had finally finished arranging everything. I had been filled with optimism, a vibrant yellow optimism.
So I put my heart, more than my hands, to work and raised the volume of the player, just at the moment that Kany García decreed:
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This post was written without the use of AI. The images belong to me and the banners were designed in Canva.
English is not my native language, so I used Google’s free translator to make this translation. I apologize for any possible grammatical and agreement errors.
🌻🥰 Thank you for visiting my blog. I hope you liked it and that you come back soon. I will be waiting for you. ¿Will you come back? 🥰🌻.
Hola, querida comunidad de #holos-lotus. Atraída por la iniciativa de @neuropoeta sobre el optimismo, regreso esta mañana con la esperanza de que les guste lo que he preparado para compartir con ustedes.
Comienzo contándoles que, desde pequeña, mi color favorito, es el amarillo, y aunque a medida que fui creciendo, agregué otros como el negro (para la ropa), el amarillo sigue siendo el principal, de eso puede dar fe @elisabethswan. Por alguna razón, de este color pinto en mi mente a la palabra protagonista de hoy.
Lo cierto es que sí soy una persona optimista, resolutiva. Logro ver soluciones donde otros ven problemas. Y metas, donde otros ven obstáculos. Pero en esta ocasión no quisiera plantear mi punto de vista desde la definición del concepto en sí, sino que intentaré responder a las interrogantes que planteaba @neuropoeta en el post de su iniciativa, desde la simbología del color que asocio con la palabra Optimismo.
Este Girasol es un regalo de @marpasifico, hecho con sus propias manos de maga tejedora y que conservo con infinito amor. Lo guardo en mi maletica de cosas valiosas y debo confesar que llevaba mucho tiempo sin verlo.
En la mañana del domingo, moño recogido, chanclas y sacudidor en mano, quise hacer una limpieza profunda en mi hogar. Dos horas después estaba empapada de sudor, agotada, chirriando los dientes y preguntándome en qué bendito momento me había dado por tirar la “casa abajo”. Había sacado todo de un golpe, como si de una mudanza se tratara para poder llegar con el agua y el detergente a los lugares más insospechados. Moví camas, muebles, mesas, trastos.
Ya la casa estaba limpia, pero tocaba reorganizar toda aquella locura de ropas, zapatos, adornos, vasijas y la montaña de “cosas que no se botan porque para algo pueden servir después”. A esa altura ya estaba tremendamente frustrada por el agotamiento. Hace muy pocos días salí de las garras de un Dengue fuerte que me tiene aún un poco débil, nada que ver con la mujer resistente que soy, si de trabajo físico se trata.
Y automáticamente, junto con el cansancio del cuerpo, comenzó la nube gris del pesimismo a hacer nido en mi mente. Sin darme cuenta ya estaba pensando y recordando cosas personales, que ni al caso venían. Hasta un “¿qué estaría haciendo ahora si estuviera en Cuba?”, se asomó por allí.
Fue entonces que encontré mi girasol y sentí cómo el rostro se pintó inmediatamente de amarillo. De repente ya no hacía tanto calor, ni estaba tan cansada. Me sorprendí sonriendo mientras acariciaba aquella bendita promesa de amistad entre mis manos. Incluso tuve ánimos de hacer una selfie y enviarla a @marpasifico, orgullosa de mi hallazgo.
Este Girasol no es valioso simplemente por bello o por ser mi flor favorita. Es toda la historia detrás de quien la tejió, especialmente para mí, justo cuando iba a partir. Dejé en Cuba muchísimos recuerdos, libros, fotografías, pero los obsequios de mis amigos, vinieron conmigo.
Aun sonriendo, como chica que lee los mensajes que le escribe un enamorado y sin darse cuenta le sonríe a la pantalla de un teléfono, noté que mi estado de ánimo había cambiado. La montaña de cosas por acomodar seguía allí, pero estaba feliz, extrañamente feliz, imaginando lo hermosa que quedaría mi casa cuando por fin hubiese terminado de acomodar todo. Me había llenado de optimismo, un optimismo amarillo vibrante.
Así que puse corazón, más que manos, a la obra y subí el volumen del reproductor, justo en el instante que Kany García decretaba:
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Este post fue redactado sin el uso de IA. Las imagenes me pertenecen y los banners fueron diseñados en Canva.
🌻🥰 Gracias por pasar por mi blog. Deseo que te haya gustado y que regreses pronto. Estaré esperando por ti. ¿Volverás? 🥰🌻.
