Algunas de tus palabras son dardos teledirigidos, suavizados con la ternura que sabes impregnarle siempre a tus publicaciones. El problema reside precisamente que queremos tapar el sol con un dedo para progresar en este inmenso mar de HIVE sin darnos cuenta, como bien afirmas, perdiendo el sendero y repitiendo una y otra vez el mismo contenido con diferente título. Me hiciste recordar lo que hace una teleoperadora aquí en Venezuela, una programación que se repite toda la semana en todos los canales y lo cubren con portadas y títulos diferentes.
Siempre me ha gustado tu forma de escribir, directa; dices lo que sientes sin importar las consecuencias y es por ello que ese famoso numerito de “reputación” asciende como caracol, aunque esa no es tu meta. Me encanta lo que mencionas de tus milagros, apoyo la noción que ya con lo recibido es suficiente para comercializar los sentimientos de los demás.
Desde Venezuela, te envío un gran abrazo lleno de bendiciones para ti y para Matthew. Te sigo leyendo.