Los vínculos amorosos desde nuestro cerebro ~ Bitácora de una Neuróloga [Esp/Eng]

in Holos&Lotusyesterday


Vuelvo fiel a esta comunidad que adoro visitar, y esta vez con la motivación de activar mi Bitácora de una Neuróloga, a raíz de la maravillosa convocatoria de @finec, quien en su rol de columnista por un día nos pide hablar de la aparente magia que se esconde en los vínculos amorosos, tejer vínculos y su influencia en nuestro actuar.

Solo soy neuróloga, no terapeuta de parejas; sin embargo, hoy quiero apartar por un momento los informes médicos y sumergirme en una de las cuestiones más humanas que existen: los vínculos amorosos y cómo nuestra historia de conexiones pasadas y presentes puede esculpir nuestro cerebro y determinar cómo nos relacionamos.



Para comprender por qué conectamos con otros con facilidad o con dificultad, primero debemos hablar de una de las redes más fascinantes que guarda el cerebro: el sistema de apego. En este sistema hay estructuras de las que ya les he hablado en otras ocasiones, como la amígdala cerebral, que es como nuestro centinela emocional, y el hipocampo, que es nuestro archivador de memorias. Este sistema tiene como función principal asegurar nuestra supervivencia, y lo intenta, justamente, acercándonos a quienes nos cuidan y nos protegen.

Entonces, cuando conocemos a alguien y aparece esa chispa de conexión, no es solo magia; es una cascada de neurotransmisores que se desborda en nosotros. Allí entran a jugar la dopamina, que nos hace sentir eufóricos y con energía, y la oxitocina, que es la que ustedes habrán escuchado que se hace llamar la hormona del abrazo.



En resumen, lo que nos parece tan mágico, como la conexión y el vínculo, no es más que una señal de que buscamos la supervivencia mediante el apego seguro.

Pero, ¿y las huellas de vínculos pasados? Pues nuestro cerebro es, por encima de todo, una máquina que intenta predecir mientras nos ahorra energía y nos protege del peligro, y eso lo hace basándose en experiencias pasadas, con miras a anticipar el futuro. Ese cerebro que quiere protegernos graba las experiencias anteriores y las deja allí como mapas de riesgo, y justamente eso es lo que ocasiona que podamos evitar la intimidad o huir cuando la relación parece volverse seria.



De ahí salen esas personas con apego evasivo o con apego ansioso, y tantas otras variantes de vínculos, muchas veces enfermizos. El cerebro pone el piloto automático justamente en esos mapas que bordaron relaciones anteriores, y el problema es cuando, a veces, ese piloto automático confunde un bache con un abismo, y frena o se desvía, arruinando un viaje que prometía ser maravilloso.

En fin, amigos, eso tampoco es una ley inquebrantable, pues el cerebro tiene una maravilla: la neuroplasticidad. Es un órgano maleable como la plastilina, y esas viejas huellas no tienen por qué ser caminos obligatorios. Cómo hacerlo se los dejo de tarea, pues los mayores facultados para ello son los terapeutas.

Yo, desde mi perspectiva de neuróloga, les digo que los vínculos amorosos son como una danza constante entre la biología de nuestro cerebro y nuestra historia. Así que conectar con facilidad con las personas o conectar con dificultad no forma parte del destino, sino que es el reflejo de un camino tallado en nuestro cerebro por experiencias pasadas.



¿Que si podemos cambiar ese destino o esa dificultad para conectar? Claro que sí, mis amigos. El amor es una de las experiencias más transformadoras a las que puede someterse el cerebro humano, y se pueden sanar heridas y abrir nuevos caminos llenos de felicidad y resiliencia. Y para ello, no quiero despedirme sin antes invitar a que @liannetchs y @marpasifico nos cuenten su parecer sobre este tema.

¡Hasta la próxima Bitácora de una Neuróloga!

🧠

🧠

¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓!
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔.💛

cinti 800x20 - copia.jpg

ENGLISH VERSION

cinti 800x20 - copia.jpg

Loving bonds from our brain ~ A Neurologist's Logbook


I return faithfully to this community that I love to visit, and this time with the motivation to activate my Neurologist's Logbook, inspired by the wonderful call from @finec who, in her role as guest columnist for a day, asks us to talk about the apparent magic hidden in loving bonds, weaving connections, and their influence on our actions.

I am just a neurologist, not a couples therapist; however, today I want to set aside medical reports for a moment and immerse myself in one of the most human issues that exist: loving bonds and how our history of past and present connections can sculpt our brain and determine how we relate to others.



To understand why we connect with others easily or with difficulty, we must first talk about one of the most fascinating networks the brain holds: the attachment system. In this system, there are structures I have told you about on other occasions, such as the amygdala, which is like our emotional sentinel, and the hippocampus, which is our memory archivist. This system's main function is to ensure our survival, and it tries to do so precisely by bringing us closer to those who care for and protect us.

So, when we meet someone and that spark of connection appears, it's not just magic; it's a cascade of neurotransmitters overflowing within us. Dopamine comes into play, making us feel euphoric and energetic, and oxytocin, which you've probably heard called the cuddle hormone.



In short, what seems so magical to us, like connection and bonding, is nothing more than a signal that we seek survival through secure attachment.

But what about the traces of past bonds? Well, our brain is, above all, a machine that tries to predict while saving energy and protecting us from danger, and it does this based on past experiences, with the aim of anticipating the future. That brain that wants to protect us records previous experiences and leaves them there as risk maps, and that is precisely what causes us to avoid intimacy or flee when the relationship seems to become serious.



This is where people with avoidant attachment or anxious attachment come from, and so many other variants of often unhealthy bonds. The brain engages the autopilot precisely based on those maps embroidered by past relationships, and the problem is when that autopilot sometimes mistakes a pothole for an abyss, and brakes or swerves, ruining a journey that promised to be wonderful.

So, friends, that isn't an unbreakable law either, because the brain has a marvel: neuroplasticity. It is an organ as malleable as modeling clay, and those old traces don't have to be mandatory paths. I'll leave how to do it as your homework, as therapists are the most qualified for that.

From my perspective as a neurologist, I tell you that loving bonds are like a constant dance between our brain's biology and our history. So, connecting easily with people or connecting with difficulty is not a matter of destiny, but rather the reflection of a path carved into our brain by past experiences.



Can we change that destiny or that difficulty in connecting? Of course we can, my friends. Lo
ve is one of the most transformative experiences the human brain can undergo. Wounds can be healed, and new paths full of happiness and resilience can be opened. And for this, I don't want to say goodbye without first inviting @liannetchs and @marpasifico to tell us their thoughts on this topic.

Until the next Neurologist's Logbook!

🧠

🧠

𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈!
‌𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕. 𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛

Sort:  

Este texto me hizo sentir que estaba escuchando a mi pareja:

"El cerebro pone el piloto automático justamente en esos mapas que bordaron relaciones anteriores"

Ya que siempre que le digo algo que es evidente que él está haciendo, me sale conque yo estoy descargando en el todo lo que me han hecho mis anteriores parejas🫣 siendo el inocente.

Y si mis experiencias pasadas me tienen en alerta, por eso cuando escucho el río sonar, es porque piedras a de arrastrar. Será que tiene razón?

Siempre es un gusto leerte. Bendiciones 🙏🏼

Y mira que es cierto, creo que todos hemos vivido eso y es más, estoy segura que la mayoría intenta luchar contra esos fantasmas del pasado sin saber que no son fantasmas, sino conexiones cerebrales que se crearon con amargas experiencias... Lo bueno es que el cerebro todo lo puede y no es imposible deshacer esos caminos...
Gracias, por leerme 🌻🙏🏻🤗

De ahí que creo en esa atracción a primera vista, por lo menos yo soy de chispazos jjj. 💜🤍

Y yooooooo!!! Si no hay chispa, recoge y vete 🤭☺️😉