Vivir en Venezuela puede ser una actividad de alto riesgo, que puede incluso desestabilizarte mentalmente: no solo es el agua, la luz, el transporte o el internet, es la política, el dólar, y otras cosas. Es un ejercicio necesario respirar y buscar la calma, convertirla en un mantra. Creo que eres un ejemplo de mujer: sé que muchas mujeres pueden caer en la tentación de entrar en un espiral de oficios y abandonarse. Admiro a las mujeres que buscan la forma de estar por encima de todo eso y se dan su tiempo para crecer y nutrirse espiritualmente. Te felicito. Un abrazo