Es verdad que hay momentos en los que la ilusión parece desvanecerse y los días se vuelven cuesta arriba. Pero como bien dices, entregarse a la emoción y no dejar que las circunstancias externas o incluso nuestros propios pensamientos nos paralicen es clave.
La mente puede ser traicionera a veces, pero también es nuestra aliada cuando aprendemos a observarla sin juzgarnos. Permitirse sentir, respirar y dar pequeños pasos, incluso en medio del "blackout", ya es un acto de valentía.
Te abrazo lindo 🌻