Buen día, buenas tardes, buena semana, buena vida. Pura vida, como dicen en Costa Rica.
Analizando todo este tema, puedo decir que en mi vida, queriendo y no queriendo he roto muchos paradigmas y que los resultados de cada caso, me han resultado muy satisfactorios.
La intrusa sociedad:
Partiendo del hecho de que estoy totalmente convencida de que la sociedad es una intrusa, con sus pautas y creencias, puedo decir que a Dios gracias, mi vida se desenvuelve en un romper y romper paradigmas. Puede que haya sido la libertad con la que fui criada o quizás tanto leer, pero no vivo esclava de los moldes que la sociedad quiera dictar. Y la verdad es que a veces ni siquiera lo hago a propósito, simplemente se me dan las cosas de forma en que no es como lo hace el resto del mundo, es como vivir en una excepción.
En toda la historia de la humanidad, la sociedad ha dictado pautas que la gente sigue y defiende a capa y espada. No sé, a quién se le va ocurriendo primero que algo deber así o de tal forma, solo sé que de repente la gente comienza a copiarlo y a repetirlo como una ley que va de generación en generación. Desde la forma en la que debemos recibir educación, hasta el tipo de brasier que deben usar las mujeres. La "edad correcta" para casarse y tener hijos, dónde vivir, qué desayunar, cómo hablar, cómo vestir, de quién enamorarse, cómo criar a los hijos, qué tipo de música escuchar, qué días se debe limpiar, cuántas veces bañarse, y paren ustedes de contar.
Rompiendo moldes:
Algunas cosas las hice adrede y seguiré haciéndolo cada vez que me descubra navegando en aguas que no me gustan. Por ejemplo; renuncié a mi trabajo como docente, para dedicarme al mundo de la comida rápida. Otras cosas me pasaron por casualidad, o porque sencillamente me las merezco. Por ejemplo; tengo un esposo que me hace muy feliz desde hace 25 años, cuando me rodeaban infidelidades y parejas disparejas, ahí rompí el molde de mi clan.
Mis hijos llegaron a partir de mis 32 años y la gran mayoría de las otras mamis de la escuela, son mucho menores que yo. Incluso algunas son mis exalumnas y se sorprenden a verme llevando a mi hijo de 5 años al preescolar, cuando "lo normal" según la sociedad es que ya, yo, tenga hijos de más de 20 años.
Mi esposo y yo cuando salimos, siempre caminamos agarrados de la mano, y eso, en una sociedad, donde el romanticismo está infravalorado, cae pesado y terminamos siendo observados como si de seres extraterrestres se tratara.
Respeto mucho mi descanso y el de mis seres queridos, así que no me como el cerebro pensando en qué dirán si duermo hasta pasadas las 9:00 am, o si duermo algunas tardes, o si mis hijos se quieren levantar tarde. Los días de escuela son días de levantarse temprano, pero los demás días son de dormir hasta que queramos, así a la sociedad se le salten los vasitos oculares.
Estudié y me gradué porque así lo quise y no porque me obligara la sociedad. Hay quienes hacen postgrado, y doctorados, y vuelven a iniciar el preescolar para darle otra vuelta al ciclo. Respeto su decisión, yo voy viviendo etapas, las disfruto y sigo avanzando.
Moldes que sí seguí:
Mientras escribo, me doy cuenta de que hay varias cosas que sí adopté y practiqué con gusto. De esos aspectos que la sociedad dicta y que a mí me encantaron. Por ejemplo; me casé, por lo civil, o la ley del hombre, por iglesia, o con la bendición de Dios, y lo hice, no porque fueran los pasos a seguir, sino porque me ilusionaba y aún me ilusiona el tema de las bodas. Disfruté mucho ser la novia, caminar hacia el altar y que me esperara el hombre más bonito del mundo mundial. Ese molde a seguir, lo repetiría si volviera a nacer.
Celebro los cumpleaños con fiestas, aunque por ahora la economía venezolana me ha hecho reducir el número de invitados y de cosas por ofrecer. Pero me gusta esa tradición de celebrar los cumpleaños, no importa cómo ni donde, celebrar es la meta. Sin embargo, en cuanto a los 15 años, en mi familia rompemos paradigmas porque no somos de hacer esas grandes fiestas, bailar el vals y que nos cambien las sandalias por las zapatillas mientras el pobre padre se gana un dolor de espalda ahí agachado, ja,ja,ja,ja. Somos más de gastar ese dinero de la fiesta en grandes regalos, viajes o lo que se le antoje a la homenajeada del momento.
Me aferro a Dios y a su amor, porque sé está aquí, me ama y me cuida. Pero no soy de ir a darme golpes de pecho a la iglesia. Prefiero orarle desde mi alma y mi corazón. Aun así, sí sigo los moldes y pautas de la religión católica con la que fui criada. Lo hago porque así lo quiero y así lo decido. Cumplo con sacramentos que me hacen sentir en bienestar y guio a mis hijos a través de ellos. Ya será después cuando estén más grandes que decidan el camino religioso que quieran seguir, mientras yo los he bautizado y pronto comenzarán el proceso para tomar la primera comunión. Respeto las religiones de cada quien y su forma de comulgar con Dios, yo me acostumbré a seguir un paradigma y una doctrina que hasta donde me sienta bien, seguiré practicando.
Tengo la convicción de que lo importante no es lo que quiera el otro que tú seas, o cómo quiere que te sientas. Lo importante es que estés bien, en armonía, en bienestar y feliz. Eso sí, sin pisar a nadie o ser feliz a causa de la infelicidad de otros.
Mientras nos beneficie y equilibre podemos seguir las pautas, pero si nos afecta, lo mejor es crear un nuevo camino.
Gracias @damarysvibra por ofrecernos estos interesantes temas para debatir.
Good morning, good afternoon, good week, good life. Pura vida, as they say in Costa Rica.
In the column "Integrales y en Expansión" @damarysvibra, makes us reflect when she talks about breaking molds and doing things somewhat parallel to what society dictates. She also invites us to share our opinion on the matter and talk about how we have broken paradigms.Analyzing this whole topic, I can say that in my life, wanting and not wanting, I have broken many paradigms and that the results of each case have been very satisfactory.
The intrusive society:
Starting from the fact that I am totally convinced that society is an intruder, with its patterns and beliefs, I can say that thank God, my life is a paradigm breaker and breaker. It may have been the freedom with which I was raised or perhaps so much reading, but I do not live as a slave to the molds that society wants to dictate. And the truth is that sometimes I don't even do it on purpose, things just happen to me in a way that is not the way the rest of the world does, it's like living in an exception.
Throughout the history of mankind, society has dictated guidelines that people follow and defend to the hilt. I don't know who first came up with the idea that something should be this way or that way, I only know that suddenly people start copying it and repeating it as a law that goes from generation to generation. From the way we should be educated, to the type of bra women should wear. The "right age" to get married and have children, where to live, what to have for breakfast, how to talk, how to dress, who to fall in love with, how to raise children, what kind of music to listen to, what days to clean, how many times to bathe, and stop counting.
Breaking the mold:
Some things I did on purpose and I will continue to do so every time I find myself navigating in waters I don't like. For example; I quit my job as a teacher, to dedicate myself to the fast food world. Other things happened to me by chance, or because I simply deserve them. For example; I have a husband who has made me very happy for 25 years, when I was surrounded by infidelities and unequal partners, that's when I broke the mold of my clan.
My children arrived when I was 32 years old and most of the other moms at school are much younger than me. Some are even my former students and are surprised to see me taking my 5 year old son to preschool, when "normal" according to society is for me to have children over 20 years old.
My husband and I, when we go out, always walk holding hands, and that, in a society where romanticism is undervalued, falls heavy and we end up being observed as if we were extraterrestrial beings.
I respect my rest and that of my loved ones, so I don't rack my brain thinking about what people will say if I sleep past 9:00 am, or if I sleep in some afternoons, or if my children want to get up late. School days are days to get up early, but all other days are days to sleep in as late as we want, even if society's eyeballs pop out.
I studied and graduated because I wanted to and not because I was forced by society. There are those who do postgraduate studies, and doctorates, and go back to preschool to go back to the cycle. I respect their decision, I go through stages, I enjoy them and I keep moving forward.
Molds that I did follow:
As I write, I realize that there are several things that I did adopt and practiced with gusto. Of those aspects that society dictates and that I loved. For example; I got married, civilly, or the law of man, by church, or with God's blessing, and I did it, not because they were the steps to follow, but because I was and still am excited about weddings. I really enjoyed being the bride, walking down the aisle and having the most beautiful man in the world waiting for me. That mold to follow, I would repeat it if I were born again.
I celebrate birthdays with parties, although for now the Venezuelan economy has made me reduce the number of guests and things to offer. But I like that tradition of celebrating birthdays, no matter how or where, celebrating is the goal. However, when it comes to the 15th birthday, in my family we break paradigms because we are not about having those big parties, dancing the waltz and having them change our sandals for slippers while the poor father gets a backache bent over there, ha,ha,ha,ha,ha. We're more about spending that party money on great gifts, trips or whatever the honoree of the moment fancies.
I cling to God and his love, because I know he is here, he loves me and cares for me. But I don't go to church to beat my chest. I prefer to pray to him from my heart and soul. Even so, I do follow the molds and guidelines of the Catholic religion I was raised with. I do it because I want to and I choose to. I fulfill the sacraments that make me feel good and I guide my children through them. It will be later when they are older that they will decide the religious path they want to follow, while I have baptized them and soon they will begin the process to take their first communion. I respect everyone's religion and their way of communion with God, I got used to follow a paradigm and a doctrine that as far as I feel good, I will continue to practice.
I have the conviction that the important thing is not what the other person wants you to be, or how he wants you to feel. The important thing is that you are well, in harmony, in well-being and happy. Of course, without stepping on anyone's toes or being happy because of the unhappiness of others.
As long as it benefits and balances us we can follow the guidelines, but if it affects us, the best thing to do is to create a new path.
Thank you @damarysvibra for providing us with these interesting topics to discuss.