Las fotografías hablan por sí solas. Imagino la emoción que sintió en aquel aforo, compartiendo la energía positiva de tantas personas, de distintas latitudes, pero que comparten una manera de conectarse consigo mismos y con los otros. Me alegro por usted. Además, ser parte de la historia es gratificador y ejemplo para construir los cimientos para los próximos congresos con la venia de Dios. Espero conocer a través de su bitácora, no solo los pormenores de esa inédita experiencia, sino también, acercarme de manera virtual al mundo de la biodanza.
Saludos.