Spanish
Callar... esa acción de silencio que muchas veces, más allá de algo simple, puede desglosar emociones y sentimientos positivos como negativos, ese que a veces es el causante de esos nudos en la garganta que hacen doler de manera punzante al alma, los que no queremos usar pero terminamos almacenando uno tras otro hasta que ya no podemos más y acabamos explotando y soltando todo sin parar, para muchos sinónimo de debilidad, para otros tantos algo que no pueden evitar y para los que saben, es un punto de seguridad o ventaja.
Indudablemente, todos hemos callado alguna vez alguna mala nota, alguna travesura, alguna historia que recordamos pero que quisimos ocultar. El problema está cuando ese callar va generando un peso dentro de nosotros, donde cada sentimiento que se convierta en carga puede incluso hacernos sentir afectados. Callamos, pero sentimos culpa; callamos, pero sentimos remordimiento; callamos, pero sentimos satisfacción; callamos incluso porque sentimos miedo y terror. Hay quienes callan por no saber cómo hablar y quienes no callan y hablan, pero al no ser escuchados, sienten más peso y prefieren no hacer más.
Cuando lo que callamos es nuestra propia aura y nuestro propio mundo, nos llega a afectar directamente quienes somos. Evitamos decir sueños, esperanzas y deseos por miedo al qué dirán y poco a poco el peso de la no libertad nos vuelve seres grises y fríos, sin capacidad de expresar y con esa habilidad de silenciar y cargar más y más a nuestras espaldas. Por años hemos visto las consecuencias de callar en cada aspecto y en cada historia de miles de personas, incluso cómo fueron la vía para encontrar una felicidad, y detallamos tanto y entendemos tanto sobre todas esas formas de silencio que simplemente terminamos volviéndonos ciegos de todo lo que nosotros hacemos, oídos sordos.
Iniciar este tema de esta manera es parte de mi desarrollo personal y del trabajo que hago cada día para ser quien soy sin miedos. Todo lo anterior no es más que lo que he observado al ser alguien que se calla y aguanta mucho desde niña. No hay peor silencio y peso que el que se acumula con los años y te convierte en alguien que no eres, en un miedo invisible pero existente, que hace que calles y sigas a los demás.
Callar a costa de mi dolor. Ha sido todas esas veces que puse mi corazón, emociones y sentimientos para proteger a otros, haciendo que yo llevara todo el castigo. Es acumular dolor y no saber cómo hablar, cómo decir basta, y es que mi propia formación, a quien soy ahora, ha estado llena de silencios y pesos que están en mí por años hasta que puedo liberarlos de a poco.
Y callar porque no podemos más es estar en ese limbo sin movimiento donde, por más que hablas, recibes puñales más fuertes, donde el agotamiento mental es más fuerte que simplemente cedes y sacas esa parte de ti que no sabes cómo está, pero que es tan indiferente que hasta da miedo, ya que, llegados a un límite, solo callamos sin hacer ninguna acción y lo dejamos pasar, muchas veces liberándonos y otras atándonos más.
En esta iniciativa, @maylink nos pregunta sobre esas actitudes que nos llevan a descubrir o a sorprendernos con pares que no sabíamos de nosotras y mi respuesta es que muchas veces, tanto silenciándome como hablando, me he sorprendido con actitudes que no sabía que tenía y si estaban, tal vez no tenían la misma naturalidad hasta ese punto. Una de estas y de las más que he podido ver es el temperamento frío, pero no ese que es una máscara que debo usar por crianza familiar, sino ese que sale cuando solo quieres ser tú mismo por ese momento y no te importa lo demás.
No sabría si desglosar el peso por las diversas situaciones o elementos de la vida, o tal vez juntarlos, pero sí es cierto que depende de lo que callemos o recordemos callar; el peso es mayor o menor. Por ejemplo, por años callar mis emociones era algo infundado por mi familia de manera indirecta, pero que afectó muy fuerte mi comunicación, por lo que, obviamente, al sentirme herida con palabras o gestos, solo me los callaba, haciendo que no pudiera exteriorizar y buscar una solución . Esto me llevó a problemas que actualmente sé que se hubieran solucionado solo con decirlo y no guardar esa emoción.
Sin embargo, aún está en mi memoria y a veces callo por costumbre. Me imagino escenarios negativos y los evito diciendo que todo está bien, pero ese que me conoce me ha ayudado a hablarlo, a decirlo incluso cuando me da miedo expresar algún pensamiento y, aunque algunos terminan en conflicto, no pasa mucho tiempo hasta que se resuelve y esto es por ese empujón que recibo, pues en el fondo soy alguien miedoso de decir lo que piensa o quiere.
No nos liberamos del peso con un solo movimiento, sino con muchos, dependiendo de cuánto tengamos. En mi caso aún tengo mucho, pero he liberado lo suficiente para saber cuándo debo callar por mi bienestar o cuándo debo expresarme para evitar más. Siguiendo esto, ¿qué callo por mi bienestar? Si bien la idea es no cargar peso, en ocasiones el entorno nos lleva a hacerlo por evitar problemas. En mi caso, actualmente he callado méritos que he tenido y que me han hecho feliz con mi familia; también les he callado experiencias que me han traumado y sigo ocultando mi verdadero yo y mostrándoles eso que quieren y lo he hecho por mi bienestar. Mi vida actualmente ha progresado positivamente; he llegado a sentirme feliz y también a experimentar diferentes emociones que antes no, positivas y negativas.
Pero opté por no contraerlas debido a lo negativo que son con estas cosas, y actualmente solo ocupo estar viviendo tranquilamente cada nuevo punto de mi encuentro personal. Prefiero que lleguen críticas de quienes me conocen realmente y con quienes puedo expresarme sin miedo. Por lo que callas es lo mejor; obviamente es algo que no será por mucho, pero primero trabajar en mí y ver resultado es mi prioridad.
Como ven, he callado y he liberado mucho, incluso mientras escribo esto, lo cual, como siempre, es algo que quedará plasmando como progreso que veré luego en retrospectiva, y como dije antes, todos callamos y soltamos ese peso en algún punto, pero el motivo es el que cambia qué tan dolorosa estará esa carga.
Sin más, esta es mi pequeña participación, esperando les guste y me haya sabido explicar, ya que a veces me desbordo mucho hablando.
Muchas gracias por leer.
English
Silence... that act of silence that, far from being simple, can often break down both positive and negative emotions and feelings. It's sometimes the cause of those lumps in the throat that make the soul ache sharply. We don't want to use them but end up storing them up one after another until we can't take it anymore, and we end up exploding and letting it all out. For many, it's synonymous with weakness; for many others, it's something they can't avoid; and for those who know, it's a point of security or advantage.
Undoubtedly, we've all kept quiet about a bad grade, a prank, a story we remember but wanted to hide. The problem arises when this silence creates a weight within us, where every feeling that becomes a burden can even hurt us. We keep quiet, but we feel guilt; we keep quiet, but we feel remorse; we keep quiet, but we feel satisfaction; we keep quiet even because we feel fear and terror. There are those who remain silent because they don't know how to speak, and those who don't remain silent and speak, but when they aren't heard, they feel the burden even greater and prefer to do nothing more.
When what we keep silent is our own aura and our own world, it directly affects who we are. We avoid expressing our dreams, hopes, and desires for fear of what others will say, and little by little, the weight of lack of freedom turns us into gray and cold beings, incapable of expressing ourselves and with the ability to silence and carry more and more on our shoulders. For years, we have seen the consequences of remaining silent in every aspect and in every story of thousands of people, including how they were the path to finding happiness. And we detail so much and understand so much about all these forms of silence that we simply end up becoming blind to everything we do, deaf ears.
Initiating this topic in this way is part of my personal development and the work I do every day to be who I am without fear. All of the above is nothing more than what I have observed as someone who has kept quiet and endured a lot since I was a child. There is no worse silence and weight than the one that accumulates over the years and turns you into someone you are not, an invisible but existing fear that makes you keep quiet and follow others.
Keeping quiet at the expense of my pain. It's been all those times I put my heart, emotions, and feelings to protect others, leaving me to bear the full brunt. It's accumulating pain and not knowing how to speak, how to say enough, and my own development, to who I am now, has been filled with silences and weights that have been with me for years until I can release them little by little.
And keeping quiet because we can't take it anymore is being in that motionless limbo where, no matter how much you talk, you receive stronger stabs, where mental exhaustion is so strong that you simply give in and bring out that part of you that you don't know how it is, but that is so indifferent that it's even scary. Once we reach a limit, we just keep quiet without taking any action and let it pass, often freeing ourselves and other times binding ourselves further.
In this initiative, @maylink asks us about those attitudes that lead us to discover or be surprised by peers we didn't know about ourselves, and my answer is that many times, both by keeping quiet and by speaking up, I've surprised myself with attitudes I didn't know I had, and if they were there, perhaps they didn't come as naturally to that point. One of these, and one of the most common ones I've been able to see, is a cold temperament, but not the kind that's a mask I have to wear because of my family upbringing, but rather the kind that comes out when you just want to be yourself for that moment and don't care about anything else.
I wouldn't know whether to break down the weight by the various situations or elements of life, or perhaps put them together, but it's true that it depends on what we keep quiet or remember to keep quiet; the weight is greater or lesser. For example, for years, keeping quiet about my emotions was unfounded by my family, indirectly, but it strongly affected my communication. So, obviously, when I felt hurt with words or gestures, I just kept them quiet, preventing me from expressing them and seeking a solution. This led me to problems that I now know could have been solved simply by saying them and not holding back that emotion.
However, it's still fresh in my mind, and sometimes I keep quiet out of habit. I imagine negative scenarios and avoid them by saying everything's fine, but the one who knows me has helped me talk about it, to say it even when I'm afraid to express a thought. Although some end in conflict, it doesn't take long for it to be resolved, and this is because of that push I receive, because deep down, I'm someone afraid of saying what I think or want.
We don't free ourselves from the burden with a single movement, but with many, depending on how much we have. In my case, I still have a lot, but I've released enough to know when I should keep quiet for my well-being or when I should express myself to avoid more. Following this, what do I keep quiet for my well-being? While the idea is not to carry weight, sometimes our environment leads us to do so to avoid problems. In my case, I've currently kept quiet about the merits I've had that have made me happy with my family. I've also kept quiet about experiences that have traumatized me, and I continue to hide my true self and show them what they want, and I've done it for my well-being. My life has currently progressed positively; I've come to feel happy and also experience different emotions that I didn't before, both positive and negative.
But I chose not to engage in them because of how negative these things are, and currently I'm just busy peacefully living each new point of my personal journey. I prefer criticism from those who really know me and with whom I can express myself without fear. Keeping quiet is for the best; obviously, it won't last long, but working on myself first and seeing results is my priority.
As you can see, I've kept quiet and released a lot, even as I write this, which, as always, is something that will remain as progress that I'll look back on later. As I said before, we all keep quiet and let go of that weight at some point, but the reason is what changes how painful that burden will be.
Without further ado, this is my brief contribution. I hope you enjoy it and that I've been able to explain myself well, as I sometimes get carried away with my words.
Thank you so much for reading.
