Hola Emilio. Hay dos cuestiones: una es que se tiende a pensar que ubicarse en el presente es reprimir pensamientos negativos «del pasado o del futuro», sin darnos cuenta que todo eso se hace, de hecho, en el presente, porque todas nuestros pensamientos independientemente de la dimensión temporal aparente, son pensados desde las concepciones de la personas que somo hoy, con el prisma de nuestra subjetividad de hoy. Por tanto, comprendo la intención de la premisa, pero la considero inoperante. Más aún -siendo esta la segunda razón- cuando por reprimir no estaremos logrando nuestros objetivos terapéuticos, sino que, por el contrario, se estaría poniendo una curita solamente, porque los pensamientos negativos existen por algo, y por ser reprimidos no quiere decir que vayan a desaparecer, sino que saldrán bajo otras manifestaciones sintomáticas e igual o peor de problemáticas.
Lo que cabría hacer sería trabajar sobre ellos en vez de ignorarlos, escucharlos, darles un lugar y encontrar el sentido o la función que ejercen para la persona. Ojo que entiendo que la publicación es más para personas que quizás no sepan de estas cuestiones más técnicas, pero igual le comento mi criterio. Saludos.