Te estás enfocando en los aspectos morales y estéticos de las prácticas religiosas tradicionales. Sin embargo, estas diferencias pueden generar intolerancia y presión para adoptar posturas extremistas. Algunos comportamientos podrían atribuirse a un proceso de adaptación o búsqueda espiritual. Para quienes actúan así —un escenario que no comprendes— existen motivos suficientes, tengan o no relación directa con Dios, porque han desarrollado un comportamiento que les da sentido y define su forma de ser. Ese comportamiento configura su forma de habitar e interactuar en su entorno, donde se relacionan con las diferencias manifiestas.

En ese contexto, con un comportamiento ya definido, la intolerancia o una propuesta de mejora que supere las diferencias tendrán poca relevancia o interés. Aunque ofrezcas una perspectiva diferente, puedes, involuntariamente, formar parte de un círculo vicioso de juicios infructuosos. En esencia, esa es una situación común. Pero como ese comportamiento está definido por prácticas morales y estéticas que deben seguirse, basadas en un razonamiento divino y superior al tuyo, te resultará bastante complicado cambiarlo.

Puedes ver la película titulada Las brujas de Salem, donde verás gran parte de lo que ya has mencionado en tu escrito, aunque en un contexto y época diferentes.