Excelentes reflexiones, la queja puede convertirse en una herramienta de manipulación muy poderosa y peligrosa. Conozco personas que prefieren no resolver su problema solo para poder continuar quejándose, incluso hay quien se expone voluntariamente a ciertas situaciones solo para tener de qué o quién quejarse después. La lástima, la empatía y la atención pueden volverse adictivas y tóxicas. Un fenómeno que he visto en estos tiempos es que las personas se reúnen para quejarse de sus males y parece "ganar" el que peores quejas tenga, como si fuera una medalla o un motivo de orgullo.