Saludos y bendiciones para todos los hivers de #holos-lotus. En esta comunidad no cesan las iniciativas. Los temas que nos proponen en cada una de ellas son tan variados e interesantes, que cuesta decidir por cuál empezar.
Entonces tin Marín de dos pingüé...
Me voy con la iniciativa #5 de @maylink esta vez.
En el kilómetro 14 y medio de la carretera central, un punto intermedio entre el poblado de El Cobre y la ciudad de Santiago de Cuba, se encuentra la sede del Seminario Teológico Bautista de Cuba Oriental. En ese lugar estuve trabajando y estudiando teología por algún tiempo.
Mi programa diario era bastante apretado pues debía cumplir con las responsabilidades de mi trabajo y hacerlo a un ritmo que me permitiera asistir a las conferencias y seminarios que se impartían en la llamada "Escuela de profetas". Pero hoy no quiero hablarles de mis experiencias en aquel sitio sino de un suceso en particular en el que se vieron involucrados algunos estudiantes de cuarto año.
La conferencia de la tarde había sido intensa, interesante, polémica y muy reveladora; así resultaban siempre los asuntos escatológicos, sobre todo si la temática central eran las profecías de San Juan en el libro del Apocalipsis.
Cada señal, cada símbolo, cada profecía, fue desmenuzada por los conferencistas. El panorama descrito era poco menos que aterrador, pero como todos los participantes eran futuros pastores, profetas o predicadores, se suponía que la esperanza de la salvación bastara para confiar en el plan de Dios para su pueblo.
Yo tomaba notas, redactaba preguntas, trazaba argumentos, destacaba mis dudas. Al terminar la sesión, un grupo de estudiantes se reunió espontáneamente en una de las habitaciones del centro, también yo fui invitado. Las certezas comenzaron a desmoronarse ante las interpretaciones que cada uno daba a los complejos textos apocalípticos y, en el calor de la defensa de aquéllas interpretaciones muchos fueron los que declararon no confiar en la infalibilidad de la Biblia, incluso uno de los estudiantes afirmó que aquello había sido una pesadilla de Juan, y no una revelación del futuro.
Me quedé de piedra pues yo conocía a cada uno de aquellos estudiantes. Les había escuchado predicar públicamente lo que ellos decían que eran sus convicciones y aquella tarde, 30 minutos después de la conferencia, las dudas, las medias verdades, la confusión o lo que sea que les haya sucedido, mostró la incertidumbre que llevaban por dentro.
Un tanto decepcionado me alejé de aquel grupo de vehementes predicadores en público; y creyentes inseguros en privado.
Un par de semanas después, publiqué en el boletín del Seminario esta anécdota de ficción que a continuación les comparto.
En lo Secreto
El río Mogotes estaba crecido, la fuerza de las corrientes habían arrancado el puente y cuánta estructura encontró a su paso. En ambas orillas, grupos de vecinos curiosos observaban los destrozos causados por las aguas. El paso sobre el Mogotes se hacía imposible. En medio de todo aquel espectáculo, llegó un hombre, un hombre de fé seguramente pues urgido por cruzar al otro lado, se arrodilló delante de todos, invocó la ayuda de Dios para cruzar el río y se arrojó a las corrientes qué terminaron arrastrándolo hacia la eternidad. Unos minutos después, a la misma orilla y delante del estupor de todos, otro hombre llegó y sin pronunciar palabras, tomó impulso y de abalanzó a las aguas con violencia, logrando atravesar el furioso río. Todos estaban asombrados y los más maliciosos se atrevieron a comentar en alta voz: miren eso, al religioso se lo llevó la corriente mientras que el otro que ni siquiera clamó, atravesó el río sin problemas.
El hombre que aún se sacudía el agua de su cuerpo en la orilla, respondió: sí, pero lo que ese hombre hizo hoy delante de ustedes, yo lo hago todos los días antes de salir de mi casa.
Así suele suceder, vendemos apariencias, falseamos posturas pero que distinto es todo cuando nadie nos ve.
Este post es contenido original creado y documentado por mi
Todas las fotos utilizadas son de mi propiedad. Imagen de portada editada con Canva y sus recursos
English
Greetings and blessings for all #Holos-Lotus hivers.In this community the initiatives do not ever cease.The issues that are proposed in each of them are so varied and interesting, that it is difficult to decide which one to start.
Then ...Eeny, meeny, miny, moe, Catch a tiger by the toe.
I go with the #5 initiative of @maylink this time.
At kilometer 14 and a half of the Central Highway, an intermediate point between the town of El Cobre and the city of Santiago de Cuba, is the headquarters of the Baptist Theological Seminar of Eastern Cuba.In that place I was working and studying theology for some time.
My daily program was quite tight because I had to fulfill the responsibilities of my work and do it at a pace that would allow me to attend the conferences and seminars that were taught in the so -called "Prophets School".But today I do not want to tell you about my experiences in that place but of a particular event in which some fourth year students were involved.
The afternoon conference had been intense, interesting, controversial and very revealing;This was always the eschatological issues, especially if the central theme were the prophecies of San Juan in the book of Apocalypse.
Each signal, each symbol, each prophecy, was crumbled by the speakers.The panorama described was few less than scary, but since all participants were future priests, prophets or preachers, the hope of salvation would be supposed to trust God's plan for his people.
I took notes, I wrote questions, I traced arguments, highlighted my doubts.At the end of the session, a group of students gathered spontaneously in one of the rooms of the center, I was also invited.The certainties began to crumble before the interpretations that each one gave to the complex apocalyptic texts and, in the heat of the defense of those interpretations many were the ones who declared not to trust the infallibility of the Bible, even one of the students affirmed that this had been a nightmare of Juan, and not a revelation for the times to come.
I stayed lije a stone because I knew each of those students.I had heard them publicly preach what they said were their convictions and, that afternoon, 30 minutes after the conference, the doubts, the half truths, the confusion or whatever happened to them, showed the uncertainty they carried inside.
Somewhat disappointed I moved away from that group of vehement preachers in public; but insecure believers on private.
A couple of weeks later, I published in the Bulletin of the Seminary this fiction anecdote that I share below.
In Secret
The Mogotes river was grown, the strength of the waters had taken out the bridge and every structure found in its path.On both shores, groups of curious neighbors watched the damage caused by the waters. The passage over the mogotes became impossible.In the midst of all that show, a man arrived, a man of faith surely because he urged to cross to the other side, knelt before everyone, invoked God's help to cross the river and threw himself into the currents which ended up dragging him towards eternity. A few minutes later, on the same shore and in front of everyone's stupor, another man arrived and without pronouncing words, he took impulse and pounced to the waters with violence, managing to cross the furious river. Everyone were amazed with that action and the most malicious dared to comment in a load voice: look at that, the religious was taken by the current while the other who did not even claim, crossed the river without problems.
The man who still shook the water from his body on the shore, replied: Yes, but what that man did today in front of you, I do it every day in God's presence before leaving my house.
This usually happens, we sell appearances, we falsify postures but how different it is all when nobody sees us.
This post is original content are of my authorship.
The images are mine. Front page created with Canva
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