Gracias sean dadas, un buen maestro por estos tiempos es un tesoro infrecuente por decir lo mínimo. Me alegro por Rocío, mis propias experiencias en la escuela primaria no fueron para buenas.
Cómo alumno que fue luego a su vez maestro (por espacio de un curso escolar), entiendo a la perfección la necesidad tan grande que tiene la educación cubana de actualizar métodos y mentalidades. No es menos cierto que las dificultades con los recursos humanos son críticas, a veces me encuentro con cada "maestros y maestras" que me hacen preocuparme por el futuro de la educación cubana.
Por eso lo repito, me alegro por Rocío.