Hay mucho que decir con respecto a este tema, y es verdad, vivimos en una sociedad muy normada, y si bien es cierto que las normas y las reglas mantienen cierto nivel de control social, mismo que es necesario para la estabilidad, con mucha frecuencia se suele exagerar este control, y termina convirtiéndose en una especie de tortura.
Se aplica a parejas, a la familia, a lo social a todo.