Desde la modernidad, el aforismo “conócete a ti mismo” sigue resonando con relevancia. En un mundo inundado de información y distracciones digitales, la invitación a la introspección se vuelve aún más crucial. Conócete a ti mismo no solo implica reconocer tus rasgos superficiales, sino también explorar tus motivaciones, miedos y deseos más profundos. Es un viaje hacia la autenticidad en un paisaje de selfies y perfiles en redes sociales. ¿Quiénes somos realmente cuando despojamos las máscaras y nos enfrentamos a nuestra propia esencia? Es en la soledad, frente a un espejo, solo nosotros estaríamos en la capacidad de destaparnos; desnudos, son atavíos que cubran nuestra esencia animal. Y la pregunta de rigor: «¿Cómo osas criticar a los demás si no somos capaces de hacerlo con nosotros mismos…?»