No sabes cuánto me conmueve tu comentario…
A veces la fe es lo único que nos sostiene, aunque no tengamos fuerzas. Esa fe callada, íntima, que no necesita certezas, pero que sigue ahí, respirando con nosotros. Y si esas lágrimas aparecieron, es porque algo muy vivo se movió dentro de ti, y eso no es debilidad… al contrario, es la valentía de sentir profundamente.
Te dejo un fuerte y caluroso abrazo ;)
!HUESO
!IDD
!HUG