Las personas que ya no están en este mundo sería a mi padre, mi madre y agrego a mi hermana mayor que pasaron a otro plano.
Me encantaría, además de reunirnos para cenar, conversarían temas familiares quizás fuertes en el sentido de puntos de vista, percepción, modos de pensar, observaría sus comportamientos, sus expresiones para validar cuanto han evolucionado como personas. La otra parte de la reunión sería maravilloso escuchar a mis padres y hermana, presentarnos desde ese mundo espiritual sus aprendizajes, escucharía sus consejos, aprovecharía para preguntar muchas cosas de ese mundo espiritual, su evolución en el, que consejos nos dejan a los presentes y a los que no estén presentes.
Pienso que sería una cena muy exitosa para aliviar o alterar si escuchan o no los consejos de nuestros padres y hermana, a los que físicamente están presentes.