Hello, my friends.
Human nature is quite complex. But, regardless of that, we must seek our worth, our excellence, and our inner strength. In other words, our virtue.
I have come to understand that human greatness is not a stroke of luck nor a gift reserved for a select few. It arises from a conscious balance. This balance is composed of three practical elements: the creativity to imagine new solutions and paths, the courage to take the first step despite fear, and the deep thinking to understand the consequences of our actions and choose wisely. Separately, these qualities are useful; Together, they amplify each other and become a transformative force.
This idea is not new. Concepts like Virtus, from Latin, or the Virtù of the Italian Renaissance, show us that this vision is heir to a tradition that valued holistic excellence. It wasn't just about being good at one thing, but about being a complete person. This means simultaneously cultivating the spirit, with its principles and resilience; the mind, with its capacity for analysis and learning; and action, with the determination to materialize our ideas in reality. It's a life project that encompasses all facets of who we are.
When these three forces—courage, excellence, and inner strength—coexist, they cease to be abstract concepts. They become everyday tools. You become someone capable of creating not only art, but also opportunities. You are able to face adversity without collapsing because your courage is supported by an inner strength you have built. And, crucially, you can understand the profound meaning of your own actions, which prevents you from living on autopilot, simply reacting to what happens around you.
And in that balance, human beings discover a form of inner freedom that no external circumstance can take away. Economic problems, personal disappointments, or unexpected crises may limit your external options, but they cannot take away this internal foundation you have built.
This freedom consists of knowing that, whatever happens, you have your own resources to respond, to reinvent yourself, and to keep moving forward. Your worth, your excellence, and your inner strength are an asset that no one can confiscate.
Versión en español
Hola, amigas mías.
La naturaleza humana es bastante compleja. Pero, independientemente de eso, nosotras debemos buscar nuestro valor, nuestra excelencia y nuestra fuerza interior. O sea, nuestra virtud.
He llegado a entender que la grandeza humana no es un golpe de suerte ni un don exclusivo para unas pocas. Nace de un equilibrio consciente. Ese equilibrio se compone de tres elementos prácticos: la creatividad para imaginar soluciones y caminos nuevos, el coraje para dar el primer paso a pesar del miedo, y el pensamiento profundo para entender las consecuencias de nuestros actos y elegir con sabiduría. Por separado, estas cualidades son útiles; juntas, se potencian y se convierten en una fuerza transformadora.
Esta idea no es nueva. Conceptos como Virtus, del latín, o la Virtù del Renacimiento italiano, nos muestran que esta visión es heredera de una tradición que valoraba la excelencia integral. No se trataba solo de ser bueno en una cosa, sino de ser una persona completa. Esto significa cultivar de forma simultánea el espíritu, con sus principios y su resiliencia; la mente, con su capacidad de análisis y aprendizaje; y la acción, con la decisión de materializar nuestras ideas en la realidad. Es un proyecto de vida que abarca todas las facetas de quien somos.
Cuando estas tres fuerzas —valor, excelencia y fuerza interior— coexisten, dejan de ser conceptos abstractos. Se vuelven herramientas diarias. Te conviertes en alguien capaz de crear, no solo arte, sino también oportunidades. Eres capaz de enfrentar la adversidad sin derrumbarte, porque tu coraje se apoya en una fortaleza interna que has construido. Y, crucialmente, puedes comprender el sentido profundo de tus propios actos, lo que te impide vivir en piloto automático, reaccionando simplemente a lo que sucede a tu alrededor.
Y en ese equilibrio, es donde el ser humano descubre una forma de libertad interior que ninguna circunstancia externa puede arrebatarle. Los problemas económicos, las decepciones personales o las crisis inesperadas pueden limitar tus opciones externas, pero no pueden quitarte esta base interna que has construido.
Esta libertad consiste en saber que, pase lo que pase, cuentas con tus propios recursos para responder, para reinventarte y para seguir avanzando. Tu valor, tu excelencia y tu fuerza interior son un patrimonio que nadie puede confiscar.
