Hi, girls!
The questions from the community contest that our friend @priyanarc has brought us for this week #266 bring back some great memories.
As I've mentioned before, when I was a child, my family consisted of my grandmother and me. It was just the two of us against the world.
Back then, we didn't celebrate Christmas or any other holidays. It was forbidden in Cuba to have these celebrations. However, once I became a mother and had my own family, when times changed in my country and it was allowed to celebrate, I wanted to give my children that joy.
One of my first Christmas decorations was the little tree, of course. However, the decorations I cherish most are this family. For those who didn't have a family, they value and appreciate everything related to this theme even more.
These little figurines remind me of my family, the one I've created and with whom I sit around the table every holiday to celebrate.
I remember seeing them in a store and they reminded me of my children and me, all together. That's why I bought them with the idea of putting them at the base of the Christmas tree. Several trees have come and gone since then, but these are the ones that remain here with me.
For some people, these celebrations may seem pointless, since we have all year round to gather around the table with the whole family to celebrate, have a good meal, and enjoy ourselves. In fact, we do it several times a year (birthdays and other occasions).
However, if these decorations remind me of anything, it's that any excuse is valid to gather the family and remember how much we need each other. Family must always stay together.
Now that my husband has arrived, we've started celebrating other holidays and in different ways, since he's the only one who knows how to handle the fire and barbecues. However, the essence remains the same: to celebrate, to love each other, and to wish good things for our future.
And, of course, to always stay united as a family.
Versión en español
Hola, chicas!
Las preguntas del concurso de la comunidad que nuestra amiga @priyanarc nos trae para esta semana #266, me traen muy buenos recuerdos.
Como ya les dije anteriormente, cuando niña, mi familia se traducía en mi abuela y en mí. Éramos nosotras dos contra el mundo.
En aquella época no celebrábamos navidad ni ningún otro día festivo. Estaba prohibido en Cuba realizar estas celebraciones. Sin embargo, una vez que fui madre y ya tuve mi propia familia, cuando los tiempos cambiaron en mi país y era permitido celebrar, quise darles a mis hijos esa alegría.
Uno de mis primeros adornos navideños fue el arbolito, por supuesto. Sin embargo, los adornos que guardo con mayor cariño es esta familia. Para aquellos que no tuvieron familia, valoran y aprecian más todo lo que sea relacionado con este tema.
Estos muñequitos me recuerdan a mi familia, a la que he formado y con la que me siento en cada día festivo alrededor de la mesa a celebrar.
Recuerdo que los vi en una tienda y me recordó a mis hijos y a mí, todos juntos. Por eso los compré con la idea de colocarlos en la base del arbolito navideño. Varios arbolitos han pasado desde entonces, pero ellos son los que continúan aquí conmigo.
Puede que para algunas personas estas celebraciones carezcan de sentido, ya que para reunirnos alrededor de la mesa con toda la familia y celebrar, hacer una buena comida y pasarla bien, tenemos todo el año. De hecho, lo hacemos varia veces al año (cumpleaños y demás).
Sin embargo, si algo me recuerdan estos adornos es que cualquier excusa es válida para reunir a la familia y recordar lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros. La familia tiene que permanecer junta siempre.
Ahora con la llegada de mi esposo hemos comenzado a celebrar otras fechas y de otras maneras, ya que él es el único que sabe manejar el fuego y los asados. Sin embargo, la esencia continúa siendo la misma: celebrar, querernos y desear cosas buenas para nuestro futuro.
Y, por supuesto, mantenernos siempre unidos como familia.
