Hello, ladies. Today I'm reaching out to you with a reflection I had after seeing this wonder yesterday on the roof of my house.
My husband and I planted this grape plant a year or so ago. It was just a seedling when we planted it. It didn't reach 20 centimeters tall. However, from the very beginning, we visualized what it would become with the passage of time and our care.
In other words, we dreamed of wine.
What do I mean by dreaming of wine?
It's simple; I mean visualizing the dreamed future.
By that, I'm not talking about guessing, but rather forming an image of what we want. Carlos Castaneda referred to dreaming, to desiring something and putting our intention into it.
In my case, I saw the grape plant and visualized the plant, then the vine, and finally the wine.
Without a doubt, if we don't dream about something we desire, if we don't think and plan for our future and dedicate ourselves to living each day without any ambition, we will never achieve anything.
We must set goals, some idea, have a purpose: plan and stick to this goal until we achieve it.
Notice how the grape tendrils cling to every little gap in the blocks of the wall. We must do the same. If you have a plan, follow it completely. No matter how difficult or complicated it is, it will never be more difficult than climbing several meters high and just as many meters long, clinging to the side of a cement block.
If it were easy, it wouldn't be worth it, my friends.
Think of it as an exercise in faith, in hope. We must have faith in ourselves. Faith that we will overcome ourselves day by day. Faith that we can achieve anything we set our minds to.
Faith that empowerment begins within ourselves, in believing it.
And hope that our work, our patience, and our sacrifice, in the near or distant future, will bear fruit.
No matter how steep and difficult the road, we will drink the wine.
But, of course, everything requires sacrifice, work, and patience. When I talk about visualizing the future and holding on to that idea, yes, it's about faith and hope, but also about overcoming difficulties and hard work.
We can never settle for the dream. Yes, the dream is beautiful, but our overcoming difficulties, our work, and our effort are the only things that can make it a reality.
We must be patient and work.
This vine grew little by little, day by day. Slowly, but without stopping for a moment. She climbed, clinging to whatever she could. Sometimes she found comfortable cables to wrap her tendrils around, but then, more than three meters up, she found only cement blocks and smooth walls.
However, that never stopped her.
We have to be like this vine.
Let nothing stop us from dreaming of wine, girls.
A hug to all.
Versión en español
Hola, chicas. Hoy me acerco a ustedes con una reflexión que tuve a raíz de ver esta maravilla, ayer en el techo de mi casa.
Mi esposo y yo sembramos esta planta de uva hace un año y algo atrás. Era solo una postura cuando la sembramos. No llegaba a los 20 centímetros de alto. Sin embargo, desde el primer momento visualizamos en lo que se convertiría con el paso del tiempo y nuestro cuidado.
En otras palabras nosotros soñamos el vino.
¿A qué me refiero con soñar el vino?
Es sencillo, me refiero a visualizar el futuro soñado.
Con eso no estoy hablando de adivinarlo, sino a hacernos una imagen de lo que queremos. Carlos Castaneda se refería a ensoñar, a desear algo y ponerles nuestra intención.
En mi caso, vi la postura de uva y visualicé la planta, luego la vid y finalmente el vino.
Sin duda alguna si no soñamos con algo que deseamos, si no pensamos y planificamos nuestro futuro y nos dedicamos a vivir el día sin ambición alguna, nunca vamos a lograr nada.
Nosotras debemos establecernos metas, alguna idea, tener un propósito: planificarnos y aferrarnos a esta meta hasta llevarla a cabo.
Observen cómo los zarcillos de la uva se aferra a cada pequeño resquicio existente en los bloques de la pared.
Del mismo modo debemos hacer nosotras. Si tienes un plan, cúmplelo a cabalidad. No importa lo difícil o complicado que sea, nunca lo será más que escalar varios metros de altura y otros tantos de largo, aferrándose al lateral de un bloque de cemento.
Si fuera fácil, no valiera la pena, amigas mías.
Piensen en eso como un ejercicio de fe, de esperanza. Debemos tener fe en nosotras mismas. Fe en que nos superaremos día a día. Fe que podemos conseguir todo lo que nos propongamos.
Fe en que el empoderamiento comienza en nosotras mismas, en creérnoslo.
Y esperanza en que nuestro trabajo, nuestra paciencia y nuestro sacrificio en un futuro lejano o cercano, dará fruto.
No importa lo escarpado y duro del camino, nosotras nos tomaremos el vino.
Pero, claro, por supuesto que todo lleva sacrificio, trabajo y paciencia. Cuando hablo de visualizar el futuro y aferrarnos a esa idea; sí, va sobre la fe y la esperanza, pero también de superación y trabajo.
Nunca podemos conformarnos con el sueño. Sí, el sueño es hermoso, pero nuestra superación, nuestro trabajo y nuestro esfuerzo es lo único que podrá hacerlo realidad.
Le debemos ser pacientes y trabajar.
Esta vid fue creciendo poco a poco, día a día. Lentamente, pero sin detenerse un instante. Escaló aferrándose a dónde podía. Algunas veces encontraba cómodos cables donde enroscar los zarcillos, pero luego, a más de tres metros de altura, solo encontró bloques de cemento y paredes lisas.
No obstante, eso nunca la detuvo.
Nosotras tenemos que ser como esta vid.
Que nada nos detenga de soñar el vino, chicas.
Un abrazo a todas.
