Saludos por aquí. Tú historia sobre tu compañera de trabajo me recordó s una amiga de mí hermana la cual tuvo un colapso y comenzó a sentir que su cara se dormía. Una parálisis. Tuvo que renunciar a su trabajo y tomarse las cosas con más serenidad. Definitivamente no vale la pena perder nuestra salud por cuestiones de trabajo, cómo dices, es disfrutar de ello no que sea una carga.
Con respecto a lo demás, cada quién establece sus propias reglas y bueno, lo ideal sería mantener un equilibrio entre ambas cosas; casa y trabajo. Aunque a veces, eso no siempre puede ser así. Te envío un abrazo.