Spanish
Hola a todos, este post no creo iniciarlo de manera genérica como suelo escribir, más bien es un desahogue de mi mente que se siente al borde del colapso, pues siento que cada vez más me aislo de todo lo que avanzo y me dejo influenciar y afectar dando pasos hacia atrás. Desde hace unas semanas, he sentido como la alegría se ha ido desapareciendo y, en cambio, una sensación de desespero, alerta, soledad e infelicidad comienza a rondar mi alma, resurgiendo desde lo más profundo cada miedo que he tenido.
Mi meta es avanzar, es sonreír, es encontrar esa felicidad y sobre todo esa tranquilidad que tanto deseo, pero llevo noches donde me duermo luego de muchas lágrimas, días donde no sé ni cómo empezar la mañana o afrontar siquiera cada paso; no sé cómo sonreír y ni siquiera he podido mantener la máscara que solía hacerme hablar con todo el mundo.
Normalmente, podía con todo, pero siento un peso en mis hombros con el que simplemente no puedo, con el que simplemente me cuesta seguir, y no voy a mentir acerca de aquello que tanto busco alejar, ese pensamiento oscuro que se ha apoderado de mí en repetidas ocasiones; está volviendo, esas ganas que nublan mi mente y pensamiento y que me han empujado tantas veces a hacer actos para acabar con todo y darle fin, porque sí lo admito, lo he intentado innumerables veces y todo porque simplemente no soporto toda esa agonía hecha lágrimas.
Cada pensamiento y palabra dicha tal vez de manera inocente se han vuelto más y más hirientes . A veces solo pienso que desear o pedir algo simple está mal, por lo que, por más que haya logrado abrirme, siempre me frustra el tener que cerrarme, y simplemente porque tengo miedo, es la realidad. Vivo con un miedo constante y fuerte, un miedo que me persigue y se vuelve pesado y confuso, que me hace sentir ciega de mi alrededor y me condena a una cárcel llamada cuarto del que evito salir.
Tengo miedo a mi familia, a lo hirientes que suelen ser verbalmente conmigo, al "amor" con sus palabras y acciones que me hacen sentir triste y en baja autoestima, a los sueños que tengo que cumplir en secreto sin decir a nadie porque tengo la sensación de que harán algo para truncarlos, a la desesperación y ansiedad de despertar un día en casa y ver que estoy encerrada porque todos tienen una vida y a mí me toca cuidar el lugar. Estoy consciente de que mi depresión en ciertos meses es más fuerte y nada se compara con 2019, el año en el que no podía ni dar un paso por todo lo que temblaba, que me vi obligada a pasarlo sola encerrada en un cuarto de residencia y donde admito que hice cosas que, si hubieran salido, hoy no estaría aquí.
Sin duda no se compara, pero el peso, aunque es diferente, es fuerte. Sí es verdad que estos días, hacia mi cumpleaños, es algo que me pone en desesperación, ya que odio con todas mis fuerzas esa fecha y lo llegué a expresar antes en algún blog referente, pero en algo sí he avanzado y es en ser fuerte y no autolesionarme. He aguantado muchos meses, cosa que por algún lado positivo es un motivo de victoria, aunque por dentro me esté consumiendo cada pensamiento. Mis gatos, sin duda, son un soporte; por ellos me levanto diario para atenderlos; si no, capaz ni saldría de la cama.
Sé que son procesos temporales y que a la larga algo suele hacer que esté mejor unos meses hasta que vuelve a caer, pero cada pesadilla y sensación es fuerte de pasar y en esos momentos mientras dura ni suelo ser la chica feliz, decidida, ambiciosa u organizadora que suelo dar a conocer; me cuesta incluso reír. Es más, mientras escribo esto, hago un esfuerzo por no soltar lágrimas en cada párrafo, y es que llevo días pensando en quienes se fueron por mis decisiones, en aquellos que alejé a propósito para evitarles dolor y sentirlo yo como compensación. Hay a quienes extraño y a mi manera he podido expresarlo con algún mensaje al viento que he esperado ver, pidiendo perdón por mi forma de ser, pero que en mi mente está presente.
En fin, una avalancha de emociones y sentimientos que están alternándose en esta depresión manifestada por el tiempo que desearía estar y que aumentan mi búsqueda desesperada por ser feliz por un tiempo mayor al que se me otorga y que quise y pensé reflejar a modo de memoria y que, si llegas a leer, muchas gracias por tomarte ese tiempo.
English
Hello everyone, I don't think I'm starting this post in the generic way I usually write. Rather, it's a way of venting my mind, which feels on the verge of collapse. I feel myself increasingly isolating myself from everything I'm moving forward with, letting myself be influenced and affected by it, taking steps backward. For a few weeks now, I've felt my joy disappear, and instead, a feeling of despair, alertness, loneliness, and unhappiness begin to haunt my soul, resurfacing from the depths of every fear I've ever had.
My goal is to move forward, to smile, to find that happiness and, above all, that peace of mind I so desire. But I've had nights where I fall asleep after so many tears, days where I don't even know how to start the morning or even take each step; I don't know how to smile, and I haven't even been able to maintain the mask that used to make me speak to everyone.
Normally, I could handle everything, but I feel a weight on my shoulders that I simply can't bear, that I simply struggle to carry on with, and I'm not going to lie about the thing I've been trying so hard to push away, that dark thought that has taken hold of me repeatedly; it's coming back, that urge that clouds my mind and thoughts and that has driven me so many times to take actions to end it all and put an end to it all, because yes, I admit it, I've tried countless times, and all because I simply can't bear all that tearful agony.
Every thought and word, perhaps spoken innocently, has become more and more hurtful. Sometimes I just think that wishing or asking for something simple is wrong, so no matter how much I've managed to open up, I'm always frustrated by having to close myself off, and simply because I'm afraid, that's the reality. I live with a constant and strong fear, a fear that haunts me and becomes heavy and confusing, that makes me feel blind to my surroundings and condemns me to a prison called a room that I avoid leaving.
I'm afraid of my family, of how hurtful they tend to be verbally toward me, of "love" with their words and actions that make me feel sad and have low self-esteem, of the dreams I have to fulfill in secret without telling anyone because I have the feeling they'll do something to cut them short, of the desperation and anxiety of waking up one day at home and finding myself locked up because everyone has a life and I have to take care of the place. I'm aware that my depression is worse in certain months, and nothing compares to 2019, the year in which I couldn't even take a step because of everything that was shaking, when I was forced to spend it alone locked in a dorm room, and where I admit I did things that, if they had come out, I wouldn't be here today.
It's certainly not comparable, but the weight, although different, is heavy. It's true that these days, around my birthday, it's something that drives me crazy, since I hate that date with all my might and have expressed it before on some relevant blog, but I have made progress in one way, and that is in being strong and not self-harming. I've endured for many months, which in some positive way is a source of victory, even though inside every thought is consuming me. My cats, without a doubt, are a source of support; for them, I get up every day to care for them; otherwise, I might not even get out of bed.
I know these are temporary processes and that in the long run, something usually makes me feel better for a few months until it falls again, but each nightmare and sensation is difficult to endure, and in those moments, while they last, I'm not usually the happy, determined, ambitious, or organized girl I usually claim to be; I even struggle to laugh. In fact, as I write this, I make an effort not to shed tears with each paragraph. I've been thinking for days about those who left because of my decisions, about those I purposely pushed away to avoid their pain and feel it as compensation. There are those I miss, and in my own way I have been able to express it with a message to the wind that I have been waiting to see, asking for forgiveness for myway of being, but that is present in my mind.
In short, an avalanche of emotions and feelings that are alternating in this depression manifested by the time I would like to be and that increase my desperate search to be happy for a longer time than I am granted and that I wanted and thought to reflect on as a memoir and that, if you get to read, thank you very much for taking that time.
