La alegría es un estado del ser que se anticipa, se siente y se puede mantener. Es un propósito que se cumple si existe la disposición. Por supuesto de que no se trata de tener una sonrisa de oreja a oreja, se puede estar serio en actitud reflexiva con un corazón henchido de emoción o sereno en agradecimiento. Ambos proyectan, al final, el resultado de estar alegre.
Cuando finaliza el año puede sentirse esa satisfacción producto de todo lo vivido y las aspiraciones para el período entrante. Los logros de nuestros seres queridos se convierten en alicientes para que
sintamos beneplácito por ellos.
También nuestros propias metas se convierten en una oportunidad, una puerta que se abre para mostrarnos cómo podemos asumir el compromiso de realizarlas y eso da alegría.
La alegría no es una moda ni un mandato exterior sino la complicidad con nosotros mismos de que podemos mantenernos de ese lado para todo lo que emprendamos.
Veo mi año como un juego de rompecabezas donde cada pieza entra y se acopla para darle significado total y valedero para mí. Buscar con ahínco las piezas faltantes es el ejercicio diario para obtener ese confort que me asegura la tranquilidad.
Sin apuro ni desespero, cada situación se acopla y sigo avanzando el camino. Estar bien y feliz donde quiera que me encuentre es mi propósito. Me hago planes a corto y mediano plazo sin exigencias mezquinas sino con afán de enfocarme en lo realmente importante.
Cada día la vida me va mostrando hechos, situaciones, momentos míos o de otros, que contribuyen a darme ese espíritu de búsqueda del equilibrio y bienestar, donde la alegría juega un papel importante, sin ella los planes se escapan y enturbio las relaciones.
Al finalizar el año mis nietos me preguntaban la edad y hacían cálculos de las edades del resto de la familia en distintos momentos del futuro. Dicen que este no existe, pero sirve para llenar escenarios y escribir historias posibles y para dar mi propia visión optimista a lo mejor que nos espera.
Tuve una infancia donde los conflictos, problemas, ira, tristeza, desánimo y pesimismo dictaban pautas en mi devenir, me relacionaba entonces con personas alegres, que le dieran otro matiz a mi vida, hoy por hoy mis amistades en su mayoría son personas llenas de optimismo.
Traté de que la crianza de mis hijos tuviera otro escenario donde la risa y la alegría tuvieran cabida. La música juega un papel importante en ese propósito. Ir a visitar a mis hijos y nietos es garantizarme unos días de regocijo. Ellos privilegian el buen humor y eso influye en el estado anímico general.
Es importante darle entrada a la alegría en todo lo que hacemos, porque el mundo está muy cargado de aspectos negativos, que inducen fácilmente a la tristeza y depresión. Cierto que no es una chaqueta que se coloca y quita a conveniencia sino como lo escribí al comienzo, la disposición nuestra a tratar de estar de buen ánimo.
Este año, que recién comienza, tiene para cada uno de nosotros la posibilidad de momentos valiosos: nacimientos, relaciones, viajes, trabajos, oportunidades, crecimiento y más, para tener en cuenta para atraer la alegría.
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
Imágenes propias.
He utilizado el traductor DeepL.
English Version
La alegría es un estado del ser que se anticipa, se siente y se puede mantener. Es una finalidad que se cumple si la disposición existe. Por supuesto que no se trata de tener una sonrisa de oreja a oreja, es posible ser serio en actitud reflexiva con el corazón lleno de emoción o sereno en agradecimiento. Ambos proyectan, en definitiva, el resultado de estar alegres.
Cuando termina el año se puede sentir esa satisfacción producto de todo lo vivido y las aspiraciones para el período entrante. Los logros de nuestros seres queridos se vuelven alentadores para que
Nos sentimos benévolos por ellos.
También nuestras propias metas se convierten en una oportunidad, una puerta que se abre para mostrarnos cómo podemos asumir el compromiso de cumplirlas y eso da alegría.
La alegría no es una moda pasajera ni un mandato externo sino la complicidad con nosotros mismos que podemos conservar de ese lado para todo lo que emprendemos.
Veo mi año como un juego de rompecabezas donde cada pieza encaja y se une para darle un significado total y valioso para mí. Buscar con ahínco las piezas que faltan es el ejercicio diario para obtener ese consuelo que me asegura la tranquilidad.
Sin dudar ni desesperarme, cada situación se acopla y sigo avanzando en el camino. Estar bien y feliz donde quiera que quiera estar es mi propósito. Hago planes a corto y medio plazo sin exigencias mezquinas pero con ganas de centrarme en lo que realmente importa.
Cada día la vida me va mostrando hechos, situaciones, momentos míos o ajenos, que contribuyen a darme ese espíritu de búsqueda del equilibrio y el bienestar, donde la alegría juega un papel importante, sin que los planes se escapen y las relaciones se trastornen.
Al final del año mis nietos me preguntaban la edad y hacían cálculos de las edades del resto de la familia en varios momentos del futuro. Dicen que éste no existe, pero sirve para rellenar escenarios y escribir historias posibles y para dar mi propia visión optimista de lo mejor que nos espera.
Tuve una infancia donde los conflictos, los problemas, el enojo, la tristeza, el desánimo y el pesimismo dictaron pautas en mi devenir, me relacioné entonces con personas felices, que le dieron otro matiz a mi vida, hoy en día mis amigos son en su mayoría personas llenas de optimismo.
Intenté que la educación de mis hijos tuviera otro entorno donde la risa y la alegría tuvieran cabida. La música juega un papel importante en ese propósito. Ir a visitar a mis hijos y nietos es garantizarme unos días de disfrute. Privilegian el buen humor y eso influye en el estado de ánimo general.
Es importante darle entrada a la alegría en todo lo que hacemos, porque el mundo está muy cargado de aspectos negativos, que fácilmente inducen a la tristeza y la depresión. Por supuesto no es una chaqueta que se pone y se quita a conveniencia sino como escribí al principio, nuestra voluntad de intentar estar de buen humor.
Este año que recién comienza, depara para cada uno de nosotros la posibilidad de momentos valiosos: nacimientos, relaciones, viajes, empleos, oportunidades, crecimiento y más, a tener en cuenta para atraer la alegría.
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
Imágenes propias.
He utilizado el traductor DeepL.