Cuando de cocinar verduras para mis hijos se trata, a mí me resulta complicado hacer que mi niño pequeño las consuma sin tener que ponerme firme, e inclusive, a veces me toca dárselas en la boca de forma obligada, pues él se niega a comerlas.
Y aunque reconozco que a veces él gana algunas batallas producto de mi cansancio por la insistencia, siempre que puedo se las disfrazo en alguna receta que a él le guste, para poder disfrutar de la hora de la comida sin tener que pelear, y evitando también generarle traumas con el tema de las comidas.
Justo hoy quería sorprenderlos haciendo pizza para la cena, pero no tenía tomates para hacer la salsa, por lo que opté por revisar lo que tenía en la alacena para sustituirlos, y de ahí nace esta receta.
Tenía unas cremas de tomate deshidratadas, que me sirvieron como base para crear una salsa de tomate improvisada que realmente resultó todo un éxito, y mi hijo no se dio cuenta del truco que había hecho.
La preparación fue bastante simple. Coloqué dos sobres de sopa de tomate deshidratada en una cacerola, agregué dos tazas de agua caliente, revolví hasta que se disolviera y llevé al fuego.
Luego, licué medio zapallo (auyama) y se lo agregué a la mezcla removiendo muy bien.
Como travesura extra, coloqué un poco de espinacas que tenía cortadas y congeladas, las cuales también licué con un poco de agua antes de incorporarlas a la olla.
Sazoné con pimentón deshidratado, sal y orégano y removí de vez en cuando hasta que rompiera hervor. Si notas que queda muy líquida, agregar una cucharadita de maicena. Luego, saqué del fuego y coloqué en un envase para reservar la salsa hasta que vaya a hacer las pizzas.
Lo mejor, es que no es la primera vez que me invento recetas licuando, rallando o buscando la manera de que no vea los vegetales, pues así me aseguro que se alimente adecuadamente sin necesidad de estar pasando el mal momento de tener que obligarlo a comer.
When it comes to cooking vegetables for my children, I find it difficult to get my little boy to eat them without having to put my foot down, and sometimes I even have to give them to him in his mouth because he refuses to eat them.
And although I recognize that sometimes he wins some battles due to my tiredness because of my insistence, whenever I can I disguise them in a recipe that he likes, so that we can enjoy mealtime without having to fight, and also avoiding to generate traumas with the subject of meals.
Just today I wanted to surprise them by making pizza for dinner, but I had no tomatoes to make the sauce, so I decided to check what I had in the cupboard to replace them, and that's where this recipe comes from.
I had some dehydrated tomato creams, which I used as a base to create an improvised tomato sauce that really turned out to be a success, and my son did not realize the trick I had done.
The preparation was quite simple. I put two sachets of dehydrated tomato soup in a saucepan, added two cups of hot water, stirred until it dissolved and put it on the stove.
Then, I blended half a pumpkin (auyama) and added it to the mixture, stirring very well.
As an extra prank, I added some spinach that I had chopped and frozen, which I also blended with a little water before adding it to the pot.
I seasoned with dehydrated paprika, salt and oregano and stirred from time to time until it came to a boil. If you notice that it is too runny, add a teaspoon of cornstarch. Then, I took it off the heat and put it in a container to reserve the sauce until I was going to make the pizzas.
The best thing is that this is not the first time I have invented recipes by blending, grating or looking for a way for him not to see the vegetables, because this way I make sure he eats properly without having to force him to eat.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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