Hace poco más de cuatro años, inicié mi aventura en el mundo del cultivo de cannabis. Comencé en un pequeño apartamento en Bogotá, donde creé un espacio indoor para experimentar con el cultivo de estas maravillosas plantas. En ese entonces, mis primeras flores eran modestas y mis conocimientos eran aún incipientes, pero la emoción y la curiosidad me impulsaron a seguir aprendiendo.
Durante esos primeros meses, realicé diversas pruebas y prácticas para entender mejor el proceso de cultivo. Cada pequeño éxito y cada error fueron parte fundamental de mi aprendizaje. La dedicación y el esfuerzo fueron grandes, y cada nueva flor que lograba era una victoria personal. Este período de prueba y error consolidó mi pasión por el cultivo de cannabis.
Con el tiempo, mi interés por las plantas creció de tal manera que decidí buscar un lugar más adecuado para continuar mi pasión. Mi amor por el cultivo me llevó a encontrar un hermoso espacio en el campo, donde ahora puedo desarrollar mis proyectos con más libertad y espacio. El campo ha sido el lugar perfecto para expandir y perfeccionar mis técnicas de cultivo.
Hoy en día, miro hacia atrás con gratitud y admiración por esos primeros días en Bogotá. Lo que comenzó como un simple pasatiempo en un apartamento se ha convertido en una verdadera pasión y en un aspecto integral de mi vida. Las experiencias y aprendizajes de aquellos primeros días siguen siendo una fuente de inspiración y motivación.
Comparto con ustedes estas primeras flores y la historia detrás de ellas, esperando que puedan apreciar el viaje y la evolución que ha llevado a mi cultivo hasta donde está hoy. Gracias a todos por acompañarme en esta aventura y por su continuo apoyo.