imagen propiedad de @lanzjoseg
Escribo en la noche, cuando muchas personas ya duermen. Nostros, los noctámbulos decidimos trabajar en cosas que nadie entiende.
Mientras mi esposo lee en voz alta los poemas de un cuaderno que está concursando por un premio y en el cual mi esposo es jurado, yo, escucho mirando la imagen de un electricista trabajando en cables de alta tensión.
Nosotros, que ahora no tenemos electricidad, nos la quitan por varias horas en el día, también en la noche, nosotros que tenemos que programarnos para cocinar, lavar, trabajar en la computadora, dormir las 5 horas de la noche en que tenemos fluido eléctrico. Nosotros, aún tenemos ganas de recordar historias.
Y esta imagen, claramente, me pide Observa, piensa, escribe. Y solo necesito un instante, recordar las historias de muchos electricistas. Conocí a varios, nombre como Alexis López, electricista y masón, caballero de respeto y humilad, Silva, no recuerdo el nombre, solo el apellido, siempre trabajando a cualquier hora y donde hubiera un desperfecto. También Karel, siempre con una sonrisa aunque nunca conversé con él, cuando llegaba a la casa le brindaba el café y se montaban en el carro para seguir.
Había uno que le llamaban El profe, trabajaba en la brigada a la que ellos le llamaban en caliente montados en un camión con una cesta como la de la imagen, directo con los voltajes más altos que hay en Cuba.
Un día escuché una historia que andaban dos electricistas trabajando en los campos. Siempre uno se sube al poste a trabajar y el otro espera y observa desde abajo.
Al que subió lo prendió la electricidad y lo lanzó a la tierra. El otro electricista corrió donde su compañero y mientras le daba los primeros auxilios llamó a ambulancias y al puesto de mando de la Unión Eléctrica, para dar fe de lo que estaba sucediendo.
Aunque cuando llegó la ambulancia ya era muy tarde. Imagino el dolor de ese compañero. Hacer hasta lo imposible por salvar una vida. Imagino el dolor de los demás, de sus familias.
Imagino el coraje que hay que tener para enfrentarse a esa tarea. Yo le tengo terror a la electricidad y cuando aun, nos quitan la electricidad tantas horas en el día, ya sea por programación o por algún deperfecto en el circuito más cercano, no dejo de pensar, en que en realidad, son unos héroes.
Gracias por sus vidas que las entregar para nosotros.
El texto publicado es original.