Siempre saco a relucir que no pude estar presente en la boda de mi hija. Algo que toda madre espera con mucha ilusión desde que le dicen es una niña y la vez crecer para ver este hermoso paso. A veces veo la fotografía y veo a mi prima que los pudo acompañar en este hermoso acto. Creo que para unas personas es muy importante el estar presente en ciertos momentos.
Y de repente con la tecnología actual me pasa por la mente cambiar el rostro de mi prima por el mio. No sé si eso parece algo egoísta de mi parte. Eso sería muy fácil, pero estoy segura, que aún así no sustituye la emoción del momento. Los preparativos del traje, el papeleo, la peluquería y todas la emociones que se juntan con los nervios del momento para que todo salga muy bien.
La verdad es que colocar mi rostro en la fotografía de su boda, nunca va aliviar el deseo de haber estado presente en el momento. Son como pequeñas heridas con papel que molestan un poco, pero no son para morirse. Pero puedo comprender que es un deseo normal de una madre por su hija.
Así que puedo agradecer a la vida el poder ver a mi hija casada y feliz. El haber compartido sus inicios y ser parte importante de que se conocieran es una historia única en verdad, la he contado en otras ocasiones.
La fotografía me encanta ver esos rostros sonrientes de familiares y más amigos acompañando a mi hija a realizar su gran deseo de casarse con mucha ilusión. Simplemente veo un rostro hermoso y sonriente. Debo disfrutar lo que la vida nos da en forma amorosa.
Esta es mi participación en el concurso de los jueves del recuerdo Concurso TBT una foto una historia un día de esos que me encanta. Es una oportunidad muy especial de buscar en mis fotografías y abrazar esos recuerdos e historias.
