Siempre medido, siempre inesperado el señor tiempo irrumpe en nuestras vidas haciendo que cambiemos de rumbo. Puedes escoger el mejor mes del mundo ese que no tiene lluvia, no contiene vientos, no hay nieve presente y no se caen las hojas.
Viento que lates veloz
a nuestro alrededor feliz
cuando surges nadie te espera,
cuando te vas todos te esperan.
Puedes escoger la brisa marina, llena de pequeñas gotitas de agua salada, te renueva las energías y te corroe la casa detrás de ti. Como puedes admirar los estados del tiempo, siempre tienes uno preferido, uno que te acompaña con cada estado de ánimo.
Viento lejano que corre veloz,
suave murmullo te habla a veces
de recorrer el mundo
y salir a bailar con ella.
Puedes bailar bajo la lluvia o dejarte llevar por el viento. Tienes el sol quemante; como una pepa de sol en silencio que llega a cada esquina de la tierra. Allí cuando la gota gorda recorre tu cara, desearías la suave brisa del mar refrescante.
Viento lejano que el hombre anhela,
con cada recorrido siempre lo desea.
Eres cautivadora de los estados del tiempo
solo quieres la parte que te gusta de ellos.
Nunca estamos conformes con cual quedarnos, pero la realidad es que son cambiantes en cada momento. Las verdades del tiempo son cambiantes, como los estados emocionales del hombre libre.