El silencio es una capacidad que el ser humano encuentra difícil de realizar. Tanta educación entrelazada con la hipocresía, tantos problemas, noticias, guerras, quehaceres. Y nada que le pongo un freno automático ¿Cuántas veces la cabeza está en caos, en un bullicio interminable y no lo sabemos? Porque quien se acostumbra al dolor deja de sentirlo como tal y comienza a pensar que es parte de sí.
Foto de Jeswin Thomas: https://www.pexels.com/es-es/foto/persona-sentada-en-un-banco-bajo-un-arbol-1280162/
Pensamos que esos ruidos que nos acompañan siempre son la consecuencia inevitable de existir. Una migraña permanente. Pero a veces la vida nos regala un stop, una pausa en la que la mente se despeja, calla el ruido y deja los sonidos gratos que irónicamente son silencios, el cantar de un ave para mí es silencio, el oleaje de las olas, el respirar gracioso de mi perra. El viento cuando mueve las hojas. El silencio del que hablo es poder apagar lo que no nos aporta, lo que destruye de forma pasiva, como una infección y escucharnos a nosotros, nuestra esencia, nuestro subconsciente que no tiene voz pero sí sonido y que se ahoga porque el ser consciente con sus disímeles sonidos imparables se quiere hacer escuchar mas fuerte.
Una vez una amiga me estaba contando algo, algo emocional y yo lo oía y le contestaba hasta me hasta que me dijo que no le estaba escuchando, que no estaba haciendo silencio, aunque era verdad no supe entenderlo en ese momento, la verdad las cosas que decía no era más que sonidos para aclararle que la oía. ¿Pero no es acaso estar callado y en silencio escuchar?
Tantas veces llenamos una conversación con monosílabos descoloridos para aparentar escuchar. La mente con su incesante actividad crea ruido, tan constante que llegamos a pensar que es natural. Que así es como debería ser. pero esta falsa naturalidad nos roba de momentos introspección, de análisis, de vivencias, de disfrutar. ¿Cuántas flores hay en el camino? en cambio ¿cuántas admiras? ¿Cuántas veces caminamos bajo el mismo cielo? Entonces ¿Por qué solo en la playa lo miras?
¿Es acaso que le tememos al silencio o a lo que éste provoca? En el silencio somos nosotros mismos y no siempre es un paisaje ameno. ¿Cuántas cosas has pensado y con la misma te has retractado? Porque está mal pensarlas como si alguien estuviera en tu mente para juzgarte. Esa manía de callar un pensamiento feo, grotesco es también ruido, silencio es no callarnos a nosotros mismos, nadie más escucha los pensamientos de uno, nadie te juzga, solo tú mismo.
Desde pequeña hablo sola involuntariamente y me daba pánico que alguien me viera pero de alguna forma nunca pude detenerme, solo para después enterarme de que muchos hacíamos lo mismo y la forma de enterarme fue en una conversación amena en la que alguien se le ocurrió soltarlo y los demás reímos y nos pusimos de acuerdo.
El silencio no es algo que se pueda forzar pero sí podemos invitarlo y no cerrarle la puerta como normalmente hacemos o a veces ni el oímos cuando tocan nuestra puerta por todo el ruido. El ruido es una distracción que nos aleja de quienes somos, en el silencio podemos encontrar nuestra exposición a la verdad, esa es la magia que tiene el silencio, su capacidad para iluminar los rincones oscuros del alma.
Por esas razones les invito a que lo dejen pasar haciendo un esfuerzo, apagando el celular saliendo a dar una vuelta, revisando la carpeta de fotos más viejas, permítete ser y no hacer tal vez esto te lleve a descubrir cosas importantes sobre ti como yo que descubrí que llenaba mi agenda para sentirme útil y no perdida sin saber qué hacer con mi tiempo y mi energía.
No hay una receta mágica para estar en silencio siempre después de toda la vida tiene problemas que debemos combatir es imposible estar siempre en calma pero puedes callar como yo de vez en cuando todos esos sonidos para encontrar la ciudad que se esconde detrás de la cascada. El silencio es un aliado y no un enemigo aunque saque lo peor de nosotros pero esta sería siempre la verdad que es mejor aceptar y no reprimir.
Espero que hayas disfrutado, te hayas identificado ya sea en pasado o en presente, lo importante es ser conciente
Aqui puedes leer uno de mis ultimos pots en Holos&Lotus https://ecency.com/hive-131951/@quimera3306/esp-eng-ser-productivo-o
Nota: traducido por Microsoft Copilot
ENGLISH
Silence is a skill that humans find difficult to achieve. So much education intertwined with hypocrisy, so many problems, news, wars, tasks. And yet, I never seem to apply an automatic brake—how many times is my mind in chaos, caught in endless noise, and I don’t even realize it? Because when one gets used to pain, one stops feeling it as such and starts believing it is simply part of oneself.
We think that the noise that constantly surrounds us is the inevitable consequence of existence—a permanent migraine. But sometimes, life gifts us with a stop, a pause in which the mind clears, the noise quiets, and only pleasant sounds remain—ironically, those sounds are silence. The song of a bird is silence to me, the crashing of waves, the playful breathing of my dog. The wind rustling the leaves. The silence I speak of is the ability to shut out what does not serve us, what passively destroys us, like an infection, and to listen to ourselves—our essence, our subconscious, which has no voice but does have sound, struggling to be heard above the relentless clamor of awareness.
Once, a friend was telling me something deeply emotional. I heard her, responded, until she told me I wasn’t truly listening—that I wasn’t allowing silence. Although she was right, I didn’t understand it at the time. The truth is, what I was saying was mere noise, meant only to reassure her that I was paying attention. But isn't being quiet and in silence the same as listening?
How many times do we fill conversations with faded monosyllables just to appear engaged? The mind, with its incessant activity, generates so much noise that we start believing it’s natural—that it’s simply how things should be. But this false naturality robs us of moments of introspection, of analysis, of experiences, of enjoyment. How many flowers line the path? Yet how many do we truly admire? How many times have we walked beneath the same sky? And why do we only gaze at it while standing on the shore?
Is it that we fear silence or what it reveals? In silence, we are truly ourselves, and that isn’t always a welcoming landscape. How many thoughts have you had, only to immediately retract them? Because they felt wrong to think, as if someone else were inside your mind judging you. That tendency to silence ugly, grotesque thoughts is also noise. True silence means not censoring yourself—no one else hears your thoughts, no one judges you, only you.
Since childhood, I have talked to myself involuntarily, terrified that someone might notice. Yet somehow, I could never stop. Only later did I discover that many of us do the same, and I found out in a candid conversation where someone dared to say it aloud, and we all laughed and agreed.
Silence is not something one can force, but we can invite it—we can stop shutting it out as we usually do. Sometimes, we don’t even hear it knocking on our door because of all the noise. Noise is a distraction that distances us from who we truly are. In silence, we expose ourselves to truth, and that is its magic—its ability to illuminate the dark corners of the soul.
For these reasons, I invite you to let it in—to make an effort to turn off your phone, take a walk, browse your oldest photo albums. Allow yourself to be, rather than do. Perhaps this will lead you to discover something important about yourself—just as I did when I realized I packed my schedule just to feel useful, rather than lost, not knowing how to handle my time or energy.
There is no magic recipe to always remain in silence. Life inevitably brings struggles we must face—it’s impossible to always be in a state of calm. But once in a while, you can choose to quiet those noises, to discover the hidden city behind the waterfall. Silence is an ally, not an enemy, even if it brings out the worst in us—because that will always be the truth, and truth is better accepted than repressed.
