Beautiful visitors of this community #ladiesofhive, there’s a lie they sold us as little girls, a lie repeated over and over by fairy tales: that a prince would arrive on a steed to save us from a dragon (be it sadness, chaos, or loneliness).
They told us that happy endings depended on a true love’s kiss… but no one warned us that, in real life, princes often get lost in the forest (or in their own ego), and that those who truly appear with magic wands made of patience, cold beers, and sincere words are them: your witchy friends.
Yes, I call them witches with all the pride in the world, because they have powers: they conjure laughter amid tears, turn disappointments into lessons, and transform nights into healing rituals. They don’t wear silk capes—they wear comfy pajamas and shoes worn out from running to you when you need them.
Oh, my dear friends… wouldn’t you agree that these wonderful souls make life brighter?
My witches appear when the prince vanishes. I remember the time my broken heart left me crumpled in a corner, drowning in tears, doubts, and a mountain of insecurities… and what did one of my favorite witches do? She dragged me to a bar, with a playlist of songs to cry to and a few rounds of our (magical) favorite drink, all while telling me to cry but not to drown.
What about those endless late nights with another of my radiant little witches, when WhatsApp becomes an altar of confessions? She replies at 2 a.m. with a "tell me more" and sends you absurd memes to dry your tears, or reminds you of the times you’ve survived immense pain you thought unbearable.
Oh, and those who push you into a literary gathering or a knitting circle, where their special arts heal your scars with metaphors, clumsy stitches, and laughter… until fear grows smaller and smaller.
These witches of mine don’t need broomsticks; a 4 p.m. coffee is enough for them, one that tastes like impromptu therapy at a bar table, aimless walks, and silences that don’t weigh heavy because they know not all wounds need words.
Princes promise castles, but witches offer real shelters: a couch, a silly dance, and a playlist that gives you back pieces of yourself.
Today, I toast to those who rescue princesses without expecting medals, who know the strongest love sometimes comes without romance, in a message that says: "Where are you? I’m on my way."
I also toast to those who turn sad endings into new beginnings. Truly, the best magic isn’t from fairy tales; it’s the one we make with hands full of imperfections and that giant heart that breaks others’ evil spells.
Princes are optional, but friends, those extraordinary witches, are essential. Their friendship is the most powerful spell.
✨ 𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕—𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛
VERSIÓN EN ESPAÑOL
¡Brujas mejor que príncipes!
Hermosas visitantes de esta comunidad #ladiesofhive, hay una mentira que nos vendieron desde niñas, una mentira que nos repitieron una y otra vez los cuentos de hadas: la de que un príncipe llegaría montado en un corcel a salvarnos de un dragón (dígase de la tristeza, el caos o la soledad).
Nos dijeron que los finales felices dependían de un beso de amor verdadero… pero nadie nos advirtió que, en la vida real, los príncipes a menudo se pierden en el bosque (o en su propio ego), y que quienes realmente aparecen con varitas mágicas hechas de paciencia, cervezas frías y palabras sinceras son ellas: tus amigas brujas.
Pues sí, las llamo brujas con todo el orgullo posible, porque tienen poderes: conjuran risas en medio del llanto, transforman los desengaños en lecciones y convierten las noches en rituales de sanación. Ellas no usan capas de seda, usan pijamas cómodos y zapatos gastados de tanto correr hacia ti cuando las necesitas.
Ay, amigas mías… ¿no dirán ustedes que no es cierto que esas personitas nos hacen la vida luminosa?
Es que mis brujas aparecen cuando el príncipe desaparece. Recuerdo la vez que el corazón roto me dejó tirada en un rincón, ahogada en lágrimas, dudas y una montaña de inseguridades… ¿y qué hizo una de mis brujas favoritas? Me arrastró a un bar, con una lista de canciones para llorar juntas y unas cuantas rondas de nuestra bebida (mágica) preferida, mientras me decía que llorara pero no me ahogara.
¿Qué decir de esas madrugadas interminables con otra de mis brujitas iluminadas, cuando el WhatsApp se convierte en un altar de confesiones? Ella te responde a las 2 a. m. con un "cuéntame más" y te manda memes absurdos para secar tus lágrimas, o te recuerda las veces que has superado dolores inmensos que creías imposibles de sobrellevar.
Ay, de esas que te empujan a una peña literaria o a una reunión de tejedoras y logran que, con esas artes especiales, te sanen las cicatrices a base de metáforas, puntadas torpes y risas… y así, el miedo se hace cada vez más pequeño.
Estas brujas mías no necesitan escobas; les basta con un café a las 4 p. m., que sabe a terapia improvisada en la mesa de un bar, a caminatas sin rumbo y a silencios que no pesan porque saben que no todas las heridas necesitan palabras.
Los príncipes prometen castillos, pero las brujas te ofrecen refugios reales: un sofá, un baile tonto y una lista de canciones que te devuelve pedacitos de ti misma.
Hoy brindo por esas que rescatan princesas sin esperar medallas y saben que el amor más fuerte a veces llega sin romance, en forma de un mensaje que dice: "¿Dónde estás? Voy para allá".
También brindo por las que convierten los finales tristes en nuevos comienzos. Definitivamente, la mejor magia no es la de los cuentos de hadas; es la que hacemos con las manos llenas de imperfecciones y ese corazón gigante que rompe hechizos malvados ajenos.
Los príncipes son opcionales, pero las amigas, esas brujas inigualables, son imprescindibles. Su amistad es el hechizo más poderoso.
✨ ¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔. 💛
