La loca del plástico. Mi cultura del reciclaje / The plastic freak. My recycling culture

Desde que hice consciente la idea de poder reutilizar ciertas cosas, me ha parecido fascinante, aunque mi camino en este sentido no empezó de la mejor manera.

Uno de mis recuerdos con respecto a la reutilización data de mi primera infancia, cuando en la escuela nos pidieron un envase de plástico para decorarlo y hacer el regalo del día de las madres. Ahora reconozco que el resultado fue horrible, pero en aquel momento, ver como mi mamá botaba a la basura mi manualidad fue un golpe muy bajo. Desde entonces, me negué a hacer manualidades para el día de las madres!

Pero el cuento va en otra dirección. Al ver que en casa siempre se botaban grandes cantidades de envases, me hacía la pregunta de por qué no se volvían a usar, sin obtener respuestas. Estábamos en la Venezuela de bonanza petrolera, en la que la frase "está barato, dame dos" se decía como si fuera un meme de la actualidad. Obviamente, ante tanto consumismo, nadie se preocupaba por la reutilización de ¡nada!

Luego de muchas lunas, en mi etapa de docente universitaria, conocí a una señora que tenía una fundación que recolectaba tapas plásticas para obtener fondos para los tratamientos de los niños con cáncer. Con ella, esa chispa de poder reciclar o reutilizar se encendió de nuevo. Desde ahí pasé a ser "la loca del plástico".

Inicié entonces una campaña desde mi grupo de alumnos, que se extendió como actividad comunitaria a toda la universidad. Hicimos una competencia por carreras, para ver quienes acumulaban más tapas, y en ese espíritu se activó una fuerza motivadora entre los estudiantes, quienes todos los días llegaban con bolsas de tapas que recogían junto con sus familiares. Querer ganar fue un impulso, pero la ganancia tanto para la fundación, como para el planeta fue aún mayor.

Luego de esa actividad, la señora de la fundación encontró otra empresa que recibía todo tipo de plástico, y ahí empecé yo a recolectar mucho más, inclusive me pasaba por las calles de la urbanización y recogía de todo. Mis hijos y su padre, me veían como si realmente hubiese enloquecido, pero al saber que ellos podían ir a mi casa a buscar las cosas, mi afición fue mucho más grande.

Ahora en Argentina, tuve que cambiar mi estrategia. Por lo pronto hago ladrillos ecológicos, colocando dentro de un envase plástico todas las bolsas que se generan en la cocina: arroz, harina, azúcar, separadores de fiambres. Ni se imaginan la cantidad que se llega a acumular en una semana.

Igual sigo recolectando también las tapas plásticas, y cuando encuentro algún centro de acopio, llevo lo que he logrado rescatar.

También re uso algunos envases para guardar agua en la nevera, o tener mis plantitas. En algunos que son de vidrio coloco las especias, y en los más grandes, guardo preparaciones de tomates, albahacas o aliños licuados para que no se me dañen.

En mi trabajo incentivé para que se fueran guardando las cajas para vender el cartón a los recolectores, al igual que el film plástico y bolsas transparentes donde vienen algunas mercancías. Así que desde mi trinchera busco que mi huella de contaminación sea la más pequeña posible, reutilizando y ayudando también en la recolección para el reciclaje.

Since I became aware of the idea of being able to reuse certain things, I have found it fascinating, although my path in this sense did not start in the best way.

One of my memories regarding reuse dates back to my early childhood, when at school we were asked to decorate a plastic container to make a Mother's Day gift. Now I recognize that the result was horrible, but at the time, seeing my mom throw away my craft was a very low blow. From then on, I refused to make crafts for Mother's Day!

But the story goes in another direction. Seeing that large quantities of containers were always thrown away at home, I would ask myself why they were not reused, without getting any answers. We were in the Venezuela of the oil bonanza, when the phrase “it's cheap, give me two” was said as if it were a current meme. Obviously, in the face of so much consumerism, no one cared about reusing anything!

After many moons, during my time as a university professor, I met a lady who had a foundation that collected plastic lids to raise funds for the treatment of children with cancer. With her, that spark of being able to recycle or reuse was rekindled. From then on, I became “the plastic freak”.

I then started a campaign from my student group, which was extended as a community activity to the entire university. We held a competition by careers, to see who could accumulate the most caps, and in that spirit a motivating force was activated among the students, who arrived every day with bags of caps that they collected together with their families. Wanting to win was an impulse, but the gain for both the foundation and the planet was even greater.

After that activity, the lady from the foundation found another company that received all kinds of plastic, and then I began to collect much more, I even went through the streets of the urbanization and collected everything. My children and their father saw me as if I had really gone crazy, but knowing that they could go to my house to pick up things, my hobby was much bigger.

Now in Argentina, I had to change my strategy. For the time being, I make ecological bricks, placing all the bags generated in the kitchen inside a plastic container: rice, flour, sugar, deli separators. You can't even imagine the amount that accumulates in a week.

I also continue to collect plastic lids, and when I find a collection center, I take what I have managed to salvage.

I also reuse some containers to keep water in the fridge, or to keep my little plants. In some glass ones I put spices, and in the larger ones, I keep tomato preparations, basil or liquefied dressings so they don't get damaged.

In my job, I encouraged them to keep the boxes to sell the cardboard to the collectors, as well as the plastic film and transparent bags where some goods are stored. So from my trench I try to make my pollution footprint as small as possible, reusing and also helping in the collection for recycling.


Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Deepl

Sort:  

Amiga imagino lo duro de cómo fue en aquel entonces eso que cuentas al principio. Ese aporte de reciclar aunque sea mínimo ayuda, co este post seguro va a inspirar a muchos❤️✨

Espero que así sea amiga. Haciendo los bloques ecológicos, mucha gente ha hecho su casa, en mi caso yo los hago es para evitar que las bolsas y piezas pequeñas de plástico queden regadas por ahí. Es más fácil recoger botellas que todo lo que contiene uno por uno, y si le llegara a servir a alguien, entonces mucho mejor.

Loading...

Si todos tomamos consciencia de la importancia de reciclar o reutilizar, estimo tendremos un mundo mejor.

Excelente entrada.

Saludos.

La cuestión está en empezar a hacerlo, pues si pretendemos que sea masivo, lo más probable es que no suceda, pero si cada quien desde su casa lo inicia, a mediano plazo la diferencia se hará notable.

Excelente amiga. Me encanta, no creo que estés loca jejejjejeje estas mega consciente. El planeta es uno sólo 😍💚En casa hemos optado por disminuir las compras de productos en plástico y compramos en bolsas y luego los pasamos a unos fijos de vidrio. Me encantó tus post. Un abrazo 🤗

Es que cuando somos conscientes del daño, buscamos las maneras de minimizarlo. Acá hay tiendas que te venden el producto a granel y tu llevas tus envases.

muy bien reciclando!!! buenas ideas!

Y hay muchas más, todo está en pensar fuera de la caja.

coincido totalmente