Somos energía. Todo es energía. Para que algo sea creado se necesita energía. Para movernos necesitamos energía. El planeta tierra genera y utiliza energía.
Pero aparte de la energía física que nos hace "funcionar", es decir, poder caminar, que cada célula y órgano de nuestro cuerpo funcione, etc, poseemos una energía espiritual que nos conecta entre nosotros y especialmente con el universo y la energía creadora que es poderosa.
Gracias a nuestra energía espiritual, poseemos vitalidad, entusiasmo, actitud, y a través de ella se refleja cómo realmente somos, esa esencia que nos caracteriza. Nuestra energía espiritual vibra en nosotros de forma alta o baja, impactando en nuestro bienestar emocional. Todos actuamos de acuerdo con la vibración en la que esté nuestra energía; si está alta, nos sentimos creativos, hábiles, saludables, entusiastas y más. Si, por el contrario, está baja, nos sentimos apagados, aletargados, con desgano, enfermos, abrumados y más.
Mantener nuestra energía personal equilibrada, debería ser nuestra prioridad. Porque así de esa forma, podremos enriquecerla, protegerla, abonarla, y mantenerla vibrando alto. Pero ¿Sabemos cómo cuidar de nuestra energía? ¿Podremos reconocer qué cosas la debilitan?
Ladrones de energía:
Estamos rodeados de muchas personas, estamos ocupados en diferentes oficios y actividades, escuchamos y leemos de todo tipo de noticias diariamente, nos enfrentamos a diferentes conflictos, tanto ajenos como propios. En fin, vivimos en un caos que intentamos equilibrar para salir ilesos y seguir avanzando. Todo ese cúmulo de situaciones y experiencias, puede terminar debilitando nuestra energía personal.
Proteger nuestra energía personal y espiritual, nos mantendrá equilibrados y en un estado de salud mental y físico beneficioso para nosotros.
A lo largo de los años, he ido aprendiendo paso a paso a identificar ladrones energéticos. ¿Qué son los ladrones energéticos? Son todas aquellas situaciones, experiencias, vivencias, hábitos, rutinas y personas que de alguna forma nos debilitan al afectarnos negativamente, ya sea directa o indirectamente. Los malos hábitos alimenticios, por ejemplo, nos roban energía vital. Un amigo que se mantiene constantemente en la queja, nos roba energía de abundancia y merecimiento. Una pareja que nos maltrata verbal o físicamente nos roba gran cantidad de energía emocional. Y así sucesivamente.
Una forma de evitar a los ladrones de energía es primero identificarlos. Aprender a reconocer aquellos factores que nos hacen daño y nos debilitan. Una vez detectados, es importante comenzar a trabajar para liberarnos y restablecer nuestro equilibrio. A veces puede resultar difícil deshacernos de un ladrón de energía, como en el caso de un mal hábito o de una pareja tóxica. Pero como siempre digo: cuando damos el primer paso, movemos energías y ese movimiento nos hará dar el siguiente paso y así hasta alcanzar lo que queremos.
¿Cómo identificar a un ladrón de energía? Simple, cuando algo te afecta, te detiene, te abruma, te hace sentir mal, te desequilibra, te hace sentir incómodo y en desagrado, ahí puedes observar una señal de que hay un ladrón de energía.
La parte en la que hay que trabajar es en poner por delante, nuestra salud energética y alejarnos de aquello que nos afecta.
¿Tienes un amigo o un conocido que siempre se queja?, Que habla contantemente de pobreza y escasez, que siempre te busca para vaciar en ti sus problemas existenciales, que solo te da noticias de catástrofes mundiales, o habla sobre temas políticos conflictivos. Aléjate de esa persona. Poco a poco su rutina de quejas y de malas noticias te irá robando energía vital. Vivir con una persona que robe tu energía te irá apagando paulatinamente y ni siquiera te darás cuenta. Es por eso que reconocer estas señales es muy importante para proteger tu energía.
Pero, no me quiero alejar, esa persona es un familiar, o es mi pareja y quiero mantener la relación.
En ese caso, si sientes que se puede trabajar en fomentar cambios positivos, entonces puedes aprender a proteger tu energía, poniendo límites. Reconociendo que esas quejas o esas malas noticias constantes no pertenecen a tu realidad. Transformando los pensamientos negativos que surjan, en pensamientos positivos. Generando una comunicación asertiva en la que tú también des tu opinión y puedas aportar información positiva. Y si aun así, te das cuenta de que sigues siendo afectado. Entonces no lo dudes, aléjate de ahí.
Si es un mal hábito el que roba tu energía, entonces recurre a tu fuerza de voluntad y ve dando pequeños pasos que te alejen de esa rutina negativa. Si intentas hacer un cambio drástico, puede que al poco tiempo recaigas, pero si vas dando un paso a la vez, te irás acostumbrando a esa nueva rutina. Cuando menos te lo imagines, habrás avanzando mucho.
Prestar atención a tus emociones es una buena herramienta para reconocer si tu energía está vibrando alto o bajo. No ignores tus manifestaciones emocionales, ellas te hablan acerca de cómo estas.
¿Y tú amigo de holos, sabes reconocer cuando algo roba tu energía?
Esta publicación está dedicada a una amiga que está renaciendo. Está saboreando de nuevo ser ella misma, gracias a que se ha liberado de un ladrón de energía. Disfruto verla creando de nuevo, siendo feliz y brillando con su energía vital y espiritual. Los cambios son visibles y estoy muy feliz por ella.

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