
Mirando detenidamente,
aquellas hojas caer,
mi mente se disuelve, queriendo ya perecer.
ni un suspiro, ni un halago,
un peso que ya es muy largo,
aquella máscara inevitable,
de eso que tanto arrastro,
y que amenaza día a día,
por reemplazarme en ese espacio.
Ya no siento,
ya no pienso,
solo sigo sin misterio,
ya no espero algo bueno,
ya sé que no será eterno,
pues las verdades del tiempo,
me demuestran muy contentos.
que aunque anhele algo hermoso,
tendré las sobras del perro.
Pero mi corazón está tranquilo.
acepté fielmente el destino,
Solo vago por el pasillo,
hacia lo que ya es conocido,
y espero firmemente hasta ese ultimo respiro,
me haga renacer de nuevo,
y pueda evitar lo vivido,
y que no vuelva a derramar lágrimas,
en cada noche de un corazon herido.
Tiempo mío, solo fluyes.
llevándome a ese nido,
donde pensé naceria ,
mi esperado fruto divino,
pero que murió cruelmente,
mientras arrebataban sus suspiros,
y se llevó también mi alma.
como ofrenda de camino,
solo que las sonrisas,
las escondo en aquel libro.
en ese abril pasado ,
en ese que nos conocimos ,
en ese que murio la niña ,
que daba tanto cariño,
y quedó la sombra de las verdades.
en las que ahora yo vivo.
