En un mundo hiperconectado, donde las tendencias virales se replican en segundos y los algoritmos nos sugieren constantemente qué consumir, pensar y ser, una pregunta fundamental resurge con fuerza: ¿Realmente podemos ser auténticos, originales e irrepetibles? La presión por encajar a menudo choca con el deseo innato de destacar, creando una tensión que define gran parte de nuestra vida moderna.
Este viaje de descubrimiento lo ha dispuesto el amigo @emiliorios te dejo su publicación original para que puedas disfrutar de ella:
Auténticos, Originales, Irrepetibles
De su escrito me quedo con esta frase:
Como escribió Jeremy Sutton en 2021, "sé honesto y transparente en tus interrelaciones, eso le agrada a la gente y lo percibe como sinceridad y ser genuino"
Esta honestidad, primero es con nosotros mismos y luego con el mundo, es la piedra angular sobre la que se construye una identidad verdadera. No es una meta fija, un diploma que se recibe y se enmarca, sino un proceso continuo de introspección, valor y acción.
La búsqueda de la autenticidad no es un camino solitario ni egoísta; por el contrario, es todo lo positivo que podemos ofrecer a nuestra comunidad.
Conserva la Originalidad en un Mundo de Influencias
Es una ilusión creer que nuestra identidad se forma en un vacío, completamente aislada de todo influjo externo. Desde que nacemos, somos moldeados por nuestra familia, cultura, educación y el incontable contenido que consumimos. Pertenecemos a una estructura social que comparte códigos, lenguajes y comportamientos.
Entonces, todo esto me lleva a una encrucijada; si todo lo que hacemos está inevitablemente influenciado, ¿podemos ser verdaderamente originales?
Pienso que la originalidad no nace de la nada, sino de la capacidad única de cada individuo para combinar, reinterpretar y filtrar esas influencias a través de su propia experiencia y sensibilidad.
Aquí es donde el concepto de innovación se entrelaza con la autenticidad. Si no podemos ser completamente originales en el sentido absoluto, definitivamente podemos innovar, tal y como nos indica el amigo Emilio.
Fuimos Niños, un Universo de Potencial Irrepetible
Mi perspectiva como madre y docente refuerza esta convicción día a tras día. Cada hijo y cada niño es un ser individual que no debe ser encasillado en un modelo estandarizado de éxito o comportamiento.
El sistema educativo tradicional, a menudo, prioriza un tipo de inteligencia y un conjunto de habilidades específicas, dejando en segundo plano otros talentos igual de valiosos. Nuestro rol como guías no es producir copias en serie de un ideal, sino cultivar un ambiente donde cada niño se sienta seguro para explorar sus propias fortalezas, curiosidades y pasiones. Es en esta exploración donde descubre quién es y qué lo hace único.
Al reconocer y nutrir estas individualidades desde la infancia, sentamos las bases para adultos resilientes, seguros de sí mismos y capaces de aportar soluciones creativas a los problemas del mundo. Un niño que es celebrado por su pensamiento crítico, su empatía o su persistencia y no solo por sus notas en matemáticas; crece sabiendo que su valor es inherente a su ser, no a su cumplimiento de una expectativa externa.
Quizás puede verse como que, el objetivo final no es que todos lleguen al mismo destino, sino que cada uno encuentre su propio camino, equipado con las herramientas para recorrerlo con confianza y convertirse en un adulto pleno que impacta de forma positiva desde su singularidad.
Los Procesos que enfrentamos, una Vida Plena
A veces, la sociedad y sus normas nos envuelven, y es posible que tengamos que adoptar roles o cumplir con obligaciones que parecen alejarnos de nuestra esencia. Esto no es un fracaso, sino parte de la danza humana de pertenecer a un todo colectivo mientras luchamos por mantener nuestra individualidad.
La clave está en no perder de vista nuestra brújula interna. Es en esos momentos de presión donde nuestra autenticidad se pone a prueba y se fortalece. Salir a flote no siempre significa hacer una revolución; a veces es un acto silencioso de decir "no", de reservar tiempo para una pasión, de elegir la honestidad sobre la conveniencia o simplemente de permitirse ser diferente.
Y es justamente en comunidades como Holos donde esta danza entre lo individual y lo colectivo se hace tangible. Cada columna, cada comentario, es un recordatorio vivo de que somos seres auténticos e irrepetibles. Aquí, cada voz individual, con su óptica única, no se pierde; por el contrario, se entreteje para formar un todo mucho más rico y complejo.
Al final, quizás la autenticidad no es solo encontrarse a uno mismo, sino saberse una pieza valiosa e insustituible de un rompecabezas infinitamente más grande.
Gracias por llegar hasta el final y leerme.
imagen de portada editada en canva
English version
In a hyperconnected world, where viral trends replicate in seconds and algorithms constantly suggest what we should consume, think, and be, a fundamental question resurfaces forcefully: Can we really be authentic, original, and unique? The pressure to fit in often clashes with the innate desire to stand out, creating a tension that defines much of our modern lives.
This journey of discovery was arranged by our friend @emiliorios. I'm leaving you his original post so you can enjoy it:
Authentic, Original, Unrepeatable
From his writing, I'm left with this quote:
As Jeremy Sutton wrote in 2021, "be honest and transparent in your relationships. People like that and perceive it as sincerity and genuineness."
This honesty, first with ourselves and then with the world, is the cornerstone upon which a true identity is built. It is not a fixed goal, a diploma to be received and framed, but a continuous process of introspection, courage, and action.
The search for authenticity is not a solitary or selfish path; On the contrary, it is all the positive things we can offer to our community.
Maintain Originality in a World of Influences
It's an illusion to believe that our identity is formed in a vacuum, completely isolated from all external influences. From the moment we are born, we are shaped by our family, culture, upbringing, and the countless content we consume. We belong to a social structure that shares codes, languages, and behaviors.
So, all of this brings me to a crossroads: if everything we do is inevitably influenced, can we truly be original?
I think originality doesn't come from nowhere, but from each individual's unique ability to combine, reinterpret, and filter those influences through their own experience and sensibilities.
This is where the concept of innovation intertwines with authenticity. If we can't be completely original in the absolute sense, we can definitely innovate, as our friend Emilio tells us.
We Were Children, a Universe of Unrepeatable Potential
My perspective as a mother and teacher reinforces this conviction day after day. Every child is an individual being who should not be pigeonholed into a standardized model of success or behavior.
The traditional education system often prioritizes one type of intelligence and a set of specific skills, leaving other equally valuable talents in the background. Our role as guides is not to mass-produce copies of an ideal, but rather to cultivate an environment where each child feels safe to explore their own strengths, curiosities, and passions. It is in this exploration that they discover who they are and what makes them unique.
By recognizing and nurturing these individualities from childhood, we lay the foundation for resilient, self-confident adults capable of providing creative solutions to the world's problems. A child who is celebrated for their critical thinking, empathy, or persistence, not just their math grades, grows up knowing that their value is inherent to their being, not to their fulfillment of an external expectation.
Perhaps it can be seen that the ultimate goal is not for everyone to reach the same destination, but for each person to find their own path, equipped with the tools to walk it confidently and become a fulfilled adult who positively impacts their uniqueness.
The Processes We Face, a Full Life
Sometimes, society and its norms envelop us, and we may have to adopt roles or fulfill obligations that seem to distance us from our essence. This is not a failure, but part of the human dance of belonging to a collective whole while struggling to maintain our individuality.
The key is to not lose sight of our internal compass. It's in these moments of pressure that our authenticity is tested and strengthened. Surviving doesn't always mean making a revolution; sometimes it's a silent act of saying "no," of making time for a passion, of choosing honesty over convenience, or simply allowing yourself to be different.
And it's precisely in communities like Holos where this dance between the individual and the collective becomes tangible. Every column, every comment, is a living reminder that we are authentic and unrepeatable beings. Here, each individual voice, with its unique perspective, isn't lost; on the contrary, it's woven together to form a much richer and more complex whole.
In the end, perhaps authenticity isn't just about finding yourself, but about knowing yourself to be a valuable and irreplaceable piece of an infinitely larger puzzle.
Thank you for reading this to the end.
Cover image edited in Canva
