Recuerda:
Lamentablemente, para poder crecer, hay que salir del estado de comodidad que nos impone lo conocido y arriesgarnos retarnos a nosotros mismos a transitar atentos en lo desconocido, o sea, ir rompiendo paradigmas.
Esos filtros de la mente que nos indujeron y nos autoimpusimos de que todo es así y no lo podemos cambiar para mejor. A ver, muchos conocemos a Lionel Messi, el jugador de fútbol, genio total.
Ahora, supongamos por un instante que entra a la cancha y juega al 90 por ciento de su capacidad. Yo sinceramente no me daría cuenta y diría: "¡Guau! Cómo juega este muchacho, es un crack". Y si jugara al 80 por ciento, la verdad creo que seguiría sin percibirlo y lo seguiría alentando.
Pero su entrenador sí sabría que algo esta sucediendo con su muchacho. Y si jugara al 60 por ciento, hasta yo mismo me daría cuenta y empezaria a preguntarme: "¿Qué le pasa?"
¿Por qué planteo esto? Bien, hoy vos te despertás a un nuevo día de vida y decidís poner tan solo el 60 por ciento. Total, pensás: "Nadie tiene por qué decidir por mí si doy o no todo". Y al final del día simplemente sentís que te saliste con la tuya, jugaste tu partido al 60 por ciento.
Y crees que seguís perteneciendo al mundo de los que triunfan, que perteneces a los que escriben la historia y no a los que la leen cuando ya está todo hecho y dicho. Cuando esto sucede, pusiste un nuevo estándar de calidad a tu vida.
Ahora, tu 100 por ciento es igual a enfrentar tu vida al 60 por ciento. O sea, en un día cualquiera normal, te convertiste en tu peor enemigo. La idea, por las dudas, es que encontremos nuevos estándares de calidad más altos.
Entonces, debemos agudizar la habilidad de pasar de pensar como una persona común a un campeón. Una vez participé de una reunión donde se nos pidió que, con los ojos cerrados y una mano en alto, señaláramos dónde está el Norte.
Y mientras lo hacíamos, se nos pidió que no bajáramos las mano y que mantuviéramos firme nuestra decisión primaria. Y por fin, abrimos los ojos. Fue muy gracioso: todos apuntamos para diferentes lugares.
Y nos hicieron caer en cuenta de que, aunque estemos muy seguros de dónde queremos ir, ni siquiera sabemos con certeza dónde está nuestro norte. Y entonces aprendimos también que "nadie debería pretender y esperar más, si no sabe más".
Nuestro norte debería ser estar constantemente aprendiendo y practicando sobre lo que nos interesa, investigando para poder mejorar. Pero normalmente lo cuestionamos: "Es que es aburridísimo". Y así nos va.
Aprender, para "ser" y practicar, para "hacer" cada vez mejor las cosas es el camino más directo, a "tener" resultados positivos y mantenernos en una continua mejora.
En este mismo momento, hay mucha gente que no está a gusto con lo que está haciendo ni viviendo. Es más, hasta se siente cansado, frustrado, porque simplemente creen no entender las reglas del juego y se aburren, sienten que todo es una pérdida de tiempo.
Te aconsejo que, si pude hacerme entender, no juegues tus partidos al menos del 100 por ciento. Dicen que para poder salir de una calle sin salida la respuesta es ir, justamente por dónde entraste.
Procura que tu próxima decisión sea la acertada. Fíjate dónde estás parado y las consecuencias de qué decisiones anteriores te pusieron en ese lugar que odias tanto por hacerte sentir mediocre. No seas como la hamaca de la plaza del pueblo, que hasta parece que te llevará a volar, pero en realidad no te mueve a ningún sitio.
Y recuerda, ten bien presente que siempre que exista un soñador valiente y comprometido, existirán los comedores de sueños.
Posted Using INLEO